En 1824, mineros de Cornwall, Inglaterra, llegaron a trabajar a las minas de plata de Real. Con ellos llegaron costumbres, prácticas religiosas, arquitectura y por supuesto la receta del Cornish pasty.
El paste fue adoptado por las comunidades mexicanas no solo como un alimento práctico, sino también como parte de su identidad cultural.
Actualmente, Real del Monte es el único lugar fuera del Reino Unido reconocido por la Asociación del Cornish Pasty, un símbolo del valor patrimonial de este platillo.