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El Pinacate y Gran Desierto de Altar, paisaje de otro mundo en Sonora

A unas 4 horas de Hermosillo, en Sonora, se halla El Pinacate y Gran Desierto de Altar, un lugar imponente y casi sobrenatural. De los cuatro desiertos de Norteamérica, éste es el que tiene la más grande biodiversidad. Y es un sitio de entrenamiento de astronautas. 

De hecho, siempre se nombra juntos a la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, porque forman parte de una gran región de casi 715 mil hectáreas, llena de cráteres volcánicos colosales, conos cineríticos y macizos montañosos de basalto, granito y toba. 

También es el campo activo de dunas —algunas en forma de estrella— más grande de América del Norte.  

Tan singular y maravillosa es su geografía, que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos realizó en El Pinacate, de 1965 a 1970, el adiestramiento de los astronautas del ambicioso programa Apolo; en 2018, también entrenaron allí los candidatos al viaje a Marte en 2030.   

Biodiversidad increíble

Región localizada entre los municipios de Puerto Peñasco, Plutarco Elías Calles y San Luis Río Colorado, la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar forma parte del desierto de Sonora.

Pese a que tiene temperaturas de hasta 57º en verano, el patrón de lluvias hacen posible la coexistencia de más de 540 especies de plantas vasculares, 200 de aves, 44 especies de mamíferos y 40 de reptiles. Aunque no lo creas, en El Pinacate y Gran Desierto de Altar también hay anfibios y peces de agua dulce.

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Como sucede en muchas regiones del mundo de este tipo, desgraciadamente, existen especies endémicas amenazadas y en peligro de extinción.

Si viajas a El Pinacate y Gran Desierto de Altar, podrás ver al famoso borrego cimarrón y al berrendo sonorense —en peligro de extinción— y los murciélagos pescador y magueyero, ambos endémicos. Y su vegetación se caracteriza por una variedad de matorrales arborescentes y xerófilos, así como mezquitales.

Cráteres y maares

Desde 1995, El Pinacate y Gran Desierto de Altar forma parte de la red de Reservas del Programa El Hombre y la Biósfera (MAB) de la UNESCO, así como de la red de Reservas Hermanas del Desierto Sonorense, que protegen una amplia franja entre Arizona (Estados Unidos) y Sonora.

De hecho, El Pinacate y el Gran Desierto de Altar abarcan Sonora, una parte de Baja California y Baja California Sur, así como Arizona y California, en la Unión Americana.

Pero vayamos a una de las características que son más evidentes desde el aire: los maares —así se les llama a los cráteres volcánicos de esta zona— son 10, pero los más conocidos son El Elegante (1609 metros de diámetro y 244 metros de profundidad) y Cerro Colorado, de color rojizo (75 metros de diámetro y 100 de profundidad). 

Estos maares se formaron cuando el magma entró en contacto con líquido debajo de la superficie. Son poco profundos, pero eso no impide que lleguen a formar lagos.   

Vestigios arqueológicos

No sólo la geografía de El Pinacate y Gran Desierto de Altar es impresionante; también su historia, pues hay varios vestigios arqueológicos con más de 20 mil años de antigüedad. 

Es territorio sagrado de la cultura Tohono O’odham, una nación originaria del noroeste de México y suroeste de Estados Unidos. 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se piensa que en principio se establecieron en torno al río Gila, en Casa Grande, Arizona, posiblemente descendientes de la cultura Hohokam.

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¿Dónde está El Pinacate y Gran Desierto de Altar?

El acceso principal se encuentra exactamente en el km 52 de la carretera 8 Puerto Peñasco-Sonoyta, a sólo tres horas y media de la cuidad de Phoenix, Arizona, en Estados Unidos, y a cuatro horas de Hermosillo.