San Luis Potosí cuenta con encantos que pocos estados pueden presumir, uno es el Sótano de las Huahuas, quizá el menos conocido de la Huasteca Potosina; no es tan nombrado ni tan concurrido como el Sótano de las Golondrinas.
Al Sótano de las Huahuas también se le conoce como el Santuario de las Huahuas u Hoyo de las Huahuas; es un abismo subterráneo que se encuentra en medio de la exuberante vegetación que caracteriza al estado. Tiene un diámetro de 60 metros y una caída libre de 487 metros.
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Este abismo fue declarado Área Natural Protegida en 2001 y en 2018 se le otorgó el nombramiento de Paraíso Indígena. Se ubica en la Sierra Madre Oriental, en el Barrio de San Isidro, dentro del municipio de Aquismón, catalogado como Pueblo Mágico.
Los habitantes del Sótano de las Huahuas
Además de su majestuosa profundidad, su principal atractivo radica en que al amanecer salen millones de vencejos y pericos verdes en espiral, estos últimos conocidos como huahuas, que en lengua huasteca o tének significa «perico». Después del ocaso, regresan al abismo realizando el mismo ritual.
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Dichas aves siguen un ritual todos los días que consiste en emprender el vuelo hacia el exterior; en la primera parvada salen los jóvenes, seguidos de los más viejos y, al último, los polluelos que van aprendiendo a volar.
Al igual que el Sótano de las Golondrinas, el de las Huahuas sirve como refugio contra los depredadores, razón por la que únicamente salen en un horario específico en busca de comida y vuelven antes de que oscurezca, para dormir y descansar.
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Si bien su nombre se debe a los pericos, algunos habitantes de la localidad refieren que también podría tener su origen en las guacamayas que anteriormente habitaban el lugar.
El costo para ingresar al Sótano de las Huahuas es de 40 pesos por persona. Aquí únicamente se puede hacer senderismo, pues no se puede acceder al interior del sótano.