Tocumbo, el pueblo que dio origen a nevería La Michoacana

Con la franquicia, este pueblo michoacano llegó a superar sus problemas económicos y evitó la ola migratoria de la década de 1950

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Tocumbo, Michoacán pueblo famoso por sus paletas y helados
Foto: El Museo del Paletero/Facebook

La historia que marcó a Tocumbo, en Michoacán, inició durante la Gran Depresión, justo cuando llegó Lázaro Cárdenas a la Presidencia de México, mientras los habitantes de este planeta serían testigos, casi una década después, del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Frente a cualquier pronóstico negativo como resultado de estos momentos que marcaron toda una época, Rafael Malfavón echaría a volar su espíritu emprendedor, para crear las paletas de hielo más sabrosas de todo el pueblo, famosas porque las elaboraba con frutas de temporada, de las cuales también agregaba una gran cantidad de trocitos.

Mejor conocido como El Arrapato, cada día salía de su casa para vender sus delicias, acompañado de sus burros. Debido a que su negocio prosperó, no dudó en transmitir sus conocimientos del oficio de la paletería a los más jóvenes de la comunidad. Así fue como este postre helado llegó hasta la CDMX.

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Tocumbo, el pueblo visionario

En el principio, las ventas se realizaron con recorridos en las calles de la Ciudad de México, ofreciendo el producto en cajas y luego en carritos, hasta que surgió la tradicional y famosa heladería La Michoacana; de acuerdo con su página web, fue Alejandro Andrade quien levantó este próspero negocio, que después se convirtió en una exitosa franquicia

Al igual que Rafael Malfavón, se ha dedicado a asesorar e impulsar a diferentes generaciones de nuevos empresarios y emprendedores involucrados en la industria. Muchos de estos visionarios regresaron a Tocumbo, para ofrecer atractivos préstamos a su gente, con la intención de levantan sus propias paleterías. 

A diferencia de un banco, los préstamos tenían una tasa de interés baja, que se debía liquidar en un año. En caso de que se presentaran problemas para hacerlo, estos se podían postergar, e incluso se llegaban a condonar. De esta manera este pueblo michoacano llegó a superar sus problemas económicos y evitó la ola migratoria de la década de 1950. 

Además, el negocio de las paletas consolidó y potenció la economía de Tocumbo, demostrando a su gente que la riqueza estaba en su propia tierra, gracias al conocimiento y emprendimiento de estos deliciosos postres helados. Un ejemplo de vida, de una comunidad que se unió y trabajó en conjunto para superar la crisis.