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Chinelos: un acto de rebeldía que se transformó en tradición en Morelos

Si preguntas a un morelense cuál es el símbolo de su identidad, inmediatamente responderá: la danza de los Chinelos, personajes que deslumbran por sus trajes extraordinarios durante la época de Cuaresma en Morelos.

La ornamentación de su indumentaria está llena de color; cada parte de su decoración resalta por lentejuelas, chaquiras, terciopelo, plumas y mucho más elementos que enriquecen su traje tradicional.

Pero hay una parte sumamente importante, además del tocado o sombrero que portan; claro, hablamos de su máscara tallada en madera, que simula los rasgos de los colonizadores provenientes de España.  

Al igual que otras fiestas tradicionales, esta danza se remonta a 1870, cuando un grupo de jóvenes de la comunidad de Tlayacapan, en Morelos, se propuso ridiculizar las costumbres de los españoles de élite, cuando realizaban sus grandes fiestas de carnaval. 

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Chinelos de esencia mexica

El acto de rebeldía causó tanto revuelo y aceptación, que en los años venideros tomó fuerza al grado de llamar a sus intérpretes huehuetzin o huehuenches, del vocablo náhuatl que significa «ropa vieja» o «viejos feos«. Posteriormente, tomarían el nombre de chinelos, palabra que también proviene del náhuatl tzineloa, que quiere decir «meneo de cadera«.

De hecho, algunos historiadores creen fielmente que la danza mezcla las formas del baile de moros y cristianos con una alegre danza de origen prehispánico llamada axcatzitzintin —»brincar a gusto«—, la cual era practicada por los mexicas.

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Los movimientos de cadera y pies continúan presentes en cada espectáculo que ofrecen. Por esa razón, su nombre hace referencia justamente a la acción de estas partes del cuerpo. Así es como surgió esta tradición, que hoy es el símbolo de identidad de los morelenses.

La danza de los Chinelos es característica de varios pueblos del estado, donde sus intérpretes brindan espectáculos con frecuencia, pero tiene mayor presencia e importancia durante los carnavales en víspera de la Semana Santa. Además, ha sido adoptada en el sur de la CDMX, así como en diversas regiones del centro y sur de nuestro país.