¿por qué amamos a oaxaca?

¿Por qué amamos a Oaxaca?

Oaxaca es uno de los estados más queridos por los mexicanos y uno de los favoritos de extranjeros que se dejan conquistar por la amplia oferta cultural y gastronómica de la región, así como por la hospitalidad de la gente.

Poco a poco el estado también va ganando su lugar como uno de los más progresistas con reformas que reconocen derechos que aún se luchan en el mundo o medidas que intentan mejorar los hábitos alimenticios de un país con problemas de sobrepeso.

Nadie se resiste a la magia de Oaxaca que lo mismo se manifiesta en un buen mezcal o una tlayuda, que en uno de los desfiles típicos que se pueden ver por las tardes y noches en el centro de la capital.

Ciudad progresista

Precisamente una de las cualidades que más se resaltan de Oaxaca son algunas de sus políticas públicas de corte progresista. Una de ellas es la despenalización del aborto en toda la entidad, desde octubre del año pasado.

A esto se suma la propuesta recién aprobada por el Congreso de Oaxaca que prohíbe la venta de refrescos y golosinas a niños, como una medida para controlar el consumo de azúcar en la infancia y promover nuevos hábitos alimenticios.

Las mejores playas

En Oaxaca también podemos encontrar algunas de las mejores playas del mundo, mismas que año con año reciben a millones de turistas que se congregan para participar en eventos anuales, como el Festival de Jazz en Mazunte.

Sin embargo, las playas que año con año se llevan los mejores comentarios en sitios especializados en turismo son Puerto Escondido y Huatulco, dos destinos obligados para quienes quieran disfrutar de playas hermosas y relajantes.

Tradición multicultural

De entre todos los atractivos que ofrece este estado, eventos como la Guelaguetza o la celebración del Día de Muertos (una tradición espectacular que no debes perderte) son la joya de la corona de Oaxaca pues simbolizan la multiculturalidad que distingue al estado.

En Oaxaca hay de todo y para todos, desde las espectaculares pirámides de Monte Albán, las decenas de iglesias de la capital y algunas de las plazas públicas más coloridas y llenas de vida del país.