Tenamaztle fue conocido como un gran diplomático, estratega y buen guerrero del pueblo Chichimeca. Sin embargo, también fue nombrado como el guerrero espartaco de la conquista.

Tenamaztle, el señor de Nochistlán, bautizado como Francisco, nació en los primeros días de la colonia y fue bautizado como chichimeca, por lo que, sin saberlo, formaría parte de ellos.

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Los españoles tomaron las tierras de los tepehuanes, tepeques, tecuexes, cocas, otomíes, tecos, huachichiles, tochos, zacatecos, caxcanes y otros grupos, territorio que se convirtió en Jalisco, Aguascalientes, Colima, Zacatecas y Durango.

Tenamaztle soportó un sinfín de injusticias, pero en 1540 se convirtió en un gran líder en la Batalla de Mixtón.

Cuando lanzó la convocatoria acudieron los pueblos de Nochistlán para iniciar la también conocida como Batalla Chichimeca, desde aquellas hasta la capital del virreinato inútilmente apagando los levantamientos.

Tenamaztle y sus dotes como guerrero

Este líder destacó sus habilidades cuando 60 mil caxcanes se le unieron el 28 de septiembre de 1541 al grito Axcan quema, tehuatl nehuatl, «ahora sí, tú o yo».

El encuentro que duró 4 días sucedió en Nochistlán y resultó en el cambio de la ciudad de Guadalajara al Valle de Atemax, donde se ubica actualmente.

Ante el peligro de levantamiento, Miguel Ibarra fue comisionado para intentar llegar un acuerdo con Temazatle, a quien propuso el perdón de los destrozos a cambio de ser obedientes y pacíficos con sus señores encomenderos.

Luego de una lucha intensa, este movimiento fue de importancia para que Carlos V y Felipe II dictaran las disposiciones que mejorarían en algo el trato de los españoles hacia los indígenas.

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Aunque fue capturado, logró huir con otros homólogos a la sierra, donde vivió 9 años más al frente de los combates.

Luis de Velasco, segundo virrey de la Nueva España, deportó a Tenamaztle a Valladolid, España, para ser juzgado por el Consejo de Indias, pese a sus esfuerzos en la lucha por la defensa de los derechos y libertad de su pueblo.