Concierto en Alemania para medir contagio por coronavirus

Tim Bendzko dio un concierto en el Quarterback Immobilien Arena Leipzig

Pexels/Vishnu-r-Nair

La nueva realidad se impone. Ya hubo concierto en China, cine en Israel y ahora toca el turno a Alemania, donde se realizó un concierto experimental que aparte de escuchar música, tuvo como objetivo medir el riesgo de contagio de coronavirus en grandes eventos culturales y deportivos.

En específico, investigadores del Centro Médico Universitario de Halle, en el este de Alemania, idearon el estudio Restart-19, el cual aplicaron en los tres conciertos que el cantante y compositor alemán de música pop Tim Bendzko dio el pasado sábado 22 de agosto en el Quarterback Immobilien Arena Leipzig, con 2 mil 210 voluntarios sanos, de entre 18 y 50 años de edad, aproximadamente.

Estos voluntarios fueron los “conejillos de indias” del experimento, pues sus movimientos y contactos fueron recogidos por un sistema de localización; así los científicos obtuvieron un  modelo matemático para evaluar el riesgo de un brote de coronavirus después de un acontecimiento importante en un recinto cerrado, de acuerdo con Europa Press.

Fueron tres los escenarios, uno por cada concierto. En el primero se simularon las condiciones de un evento antes de la pandemia; en el segundo se realizó un concierto con más condiciones de higiene y cierto distanciamiento social; y el tercero, hubo la mitad de los asistentes y la “sana distancia” de 1.5 metros de distancia entre cada persona.

De acuerdo con los autores de Restart-19, los resultados de este estudio financiado por los estados de Sajonia y Sajonia-Anhalt estarían disponibles en el próximo otoño.

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El viernes 21 de agosto, el Instituto Robert Koch indicó que ese día, en Alemania, se registraron más de 2 mil casos en territorio alemán, lo que eleva el número total de casos a 232 mil 082 en esa nación. De ahí la importancia de este experimento.

 

#Restart19

Publicada por Siiri Karssoon en Sábado, 22 de agosto de 2020

 

El experimento

La mañana del sábado, todo comenzó con la inscripción de los asistentes. Ya en la Arena Leipzig, a la entrada se tomó la temperatura a todos los participantes antes de entrar y se les puso a cada uno un rastreador de contacto; también se empleó un desinfectante fluorescente para visibilizar las superficies que fueron tocadas con mayor frecuencia.

Asimismo, se rastreó el trayecto de los aerosoles, las masas de pequeñas partículas que pueden transportar el virus a través del aire.

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Por supuesto había un riesgo de contagio entre los asistentes al concierto, pero para minimizar este riesgo —y evitar que el experimento se convirtiera en un evento “supercontagiador”—, todos los participantes en el concierto-experimento utilizaron mascarillas FFP2.

Hasta el momento y debido a la pandemia de coronavirus, están prohibidos en Alemania los grandes eventos culturales y deportivos al menos hasta finales de octubre.

 

Con información de BBC