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Breve crónica en el Perito Moreno

El calentamiento global no ha podido con el Perito Moreno. Sí, este glaciar ubicado en la Patagonia argentina es uno de los pocos cuerpos colosales de hielo que no detienen su marcha.

Mientras otros glaciares y masas heladas en los polos de la Tierra están padeciendo una crisis debida al aumento de las temperaturas globales, el glaciar Perito Moreno no deja de avanzar. Su superficie es de unos 250 kilómetros cuadrados, es decir, su tamaño es mayor que el de la ciudad de Buenos Aires, que tiene un área de 203 kilómetros cuadrados.

Su avance lento y silencioso provoca que se formen bóvedas que terminan por desplomarse en cierto momento, lo cual genera una experiencia, un sonido y una emoción en verdad únicas para los visitantes.

 

Una costra blanca

La llegada al Parque Nacional de los Glaciares, en la provincia de Santa Cruz, al sur de Argentina, es ardua, pero no te arrepentirás. Varias horas de vuelo desde Buenos Aires hacia Ushuaia, y de ahí una conexión hacia la ciudad de El Calafate, la puerta de acceso al parque, no completan el trayecto.

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Una vez allí, debes vivir otro viaje en camión para recorrer 80 kilómetros. En este punto de no retorno, cuando ya has viajado por tierra y aire, reconocerás que en Argentina las grandes distancias son eso: muy grandes.   

Descansa en unos de los miradores que se ubican antes del embarcadero. A lo lejos, como si fuera una leve costra blanca azulada, como si midiera unos centímetros, ya se ve el objetivo del viaje: el Perito Moreno, nombrado así en 1899 en honor a Francisco Pascasio Moreno, quien fuera director del museo de la Sociedad Científica Argentina.

La introducción

Un bote te lleva a recorrer la pared norte del glaciar, la cual mide unos 5 kilómetros y presenta una altura de unos 70 metros por encima del nivel del Lago Argentino. Pero no te guíes por las apariencias, pues su profundidad total es de 170 metros.

Frente a esta maravilla natural, prepárate, pues tu cámara o celular no dejarán de trabajar; afila todos tus sentidos porque en cualquier momento presenciarás “pequeños” desprendimientos de hielo que a la distancia son ensordecedores y mueven grandes masas de agua. Es la antesala del gran rompimiento del Perito Moreno.

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El rompimiento del Perito Moreno

Por lo general, aunque no es una regla porque no es posible predecir un evento de estas características, el famoso rompimiento del Perito Moreno se da en marzo. La parte del denominado brazo Rico, localizado detrás de la Península de Magallanes, que desemboca en el Lago Argentino por medio del Canal de los Témpanos, es el punto justo del avistamiento más esperado.

Si tienes suerte, serás espectador de cómo miles de toneladas de hielo blanco y azul, duro como una roca, que ha estado avanzando pacientemente durante años, hace su entrada triunfal al agua con una energía potencial como quizá nunca antes hayas visto. Si eso sucede, tendrás algo que contar durante toda tu vida.

El final de la aventura

Una vez que te hayas repuesto de este movimiento cósmico de energía, puedes hacer minitrekking de aproximadamente una hora y media sobre el glaciar, para conocer sus grietas y minilagos.

En el punto cumbre de la caminata, podrás disfrutar de un whisky con un trozo del hielo que está a tus pies. Ahora sí, estarás listo para el regreso con tus retinas llenas, pero con un pequeño torrente de esa maravilla terrestre corriendo por tus venas.