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Chile: una ventana con millones de soles

La luz no existe sin la oscuridad, y viceversa. En Chile este planteamiento filosófico sirve para un acto simple como contemplar la estrellas. Podríamos decir que incluso puede avivar el romanticismo en una noche de astroturismo con cielos transparentes y sin contaminación lumínica.

En una especie de muy afortunada coincidencia climática y geográfica, en esa nación que corre a lo largo de la cordillera de los Andes se pueden visitar los desiertos más áridos del mundo, además de los cielos más puros de la Tierra, alejados de las grandes ciudades.

La mejor noche estrellada que hayas visto no se compara con los cielos nocturnos de Chile, sobre todo en regiones como San Pedro de Atacama, Valle del Elqui y Cajón del Maipo. Por eso, sin más, te presentamos los mejores lugares en ese país para darle a tus retinas un baño de luz que ha tardado miles de años luz en recorrer el espacio. Y quizá perdure más tiempo aún en tu memoria.

Antofagasta

Hoy esta región ubicada el extremo norte de Chile tiene verdadero pueblos fantasmas. Las localidades hoy abandonadas fueron, a finales de los siglos XIX y XX, grandes complejos mineros y salitreros rodeados de desierto, pero llenos de historias.

La ciudad de Antofagasta es un pueblo portuario con arena blanca y aguas apacibles. Si te gusta la práctica del surf y del bodyboard, puedes darte un chapuzón antes de que caiga el sol y el manto azul índigo de la noche comience a posarse sobre ti.

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En esta región podrás visitar los telescopios Gigante de Magallanes, el Extremadamente Grande (sí, así se llama), así como los observatorios Cerro Armazones, Apex, ALMA, Nayra, UCN e Inca de Oro, entre otros.

San Pedro de Atacama

Si bien esta tierra de pueblos originarios es parte de la región de Antofagasta, vale la pena detenernos un poco en el observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el proyecto astronómico más grande del mundo.

Construido en colaboración por naciones de América del Norte, Asia, Europa y Chile, en realidad es un interferómetro (un telescopio que usa las interferencias de las ondas lumínicas) compuesto de sólo ¡66 antenas de 7 y 12  metros de diámetro!

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Su altitud, de 5 mil 58 metros, le permite una localización ideal para obtener algunas de las panorámicas más excelsas del planeta. Un verdadero lujo para los escudriñadores de los cursos celestes.

Al día siguiente, cuando tu aliento se haya suspendido con la vista estelar, te recomendamos visitar el pueblo con calles de tierra y casas de adobe o visitar las lagunas y géiseres que hay alrededor.

Cajón del Maipo

Esta zona es un cañón rodeado de cerros y macizos. Es ideal para quienes gustan de turismo de aventura, como escalada en roca, alpinismo, bicicleta de montaña, rafting… También tiene ríos, glaciares, volcanes activos, rocas de 160 millones de años de antigüedad, pero por ahora te proponemos vivir la adrenalina desde un lugar más “alto”.

El río Maipo, cuya afluente nace en la mismísima cordillera de los Andes del lado de Chile, está rodeado de imponentes cimas, por eso, una vista al firmamento nocturno quedará enmarcado de manera inolvidable.

Valle del Elqui

Región destacada por la producción de vinos con uvas Syrah y Carmenére, Valle del Elqui es también conocido como el primer Santuario Internacional de Cielos Oscuros del Mundo. ¿Imaginas por qué este nombre?

Ubicado en el Norte Chico, este valle es una región montañosa y árida cuyos cielos se mantienen libres de contaminación lumínica casi la mayor parte del año. No sólo es ideal para avistar la orilla de la Vía Láctea o alguna estrella fugaz, sino que también tiene varios observatorios astronómicos, entre estos el Cancana, del Cerro Tololo, el Mamalluca de Vicuña y del Pangue.

Una vez pasada la travesía estelar de la noche, no debes perderte sus famosos recorridos por los viñedos cercanos a Vicuña, la ciudad donde nació la poetisa y Premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral. Tampoco te pierdas las plantas de pisco, un destilado de uvas popular en Chile y Perú, que te hará relajar y recordar con suspiros las vistas de la noche anterior.