Parque Nacional del Bosque Petrificado: un viaje al pasado en Arizona

Fósiles, petroglifos, mesetas, vida salvaje e incluso flores silvestres se hallan en este escenario de paisajes fascinantes

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Parque Nacional del Bosque Petrificado en Arizona
Noel DeJesus/Unsplash

El Parque Nacional del Bosque Petrificado es uno de los menos visitados en Estados Unidos, pero sus picos imponentes y rocas ancestrales, sin duda cautivarán tu ser, sobre todo si eres un gran apasionado por los espacios con mucho pasado, como éste que comprende 225 millones de años de historia cultural y geológica.

Está conformado por 81 mil hectáreas localizadas en Arizona, que puedes recorrer durante un viaje en auto, a través de carreteras sinuosas. Sin embargo, sus senderos de rocas te esperan para ser descubiertos a pie y así testificar un paraíso de reliquias coloridas y escarpadas, que dan muestra del tiempo transcurrido y de civilizaciones ancestrales.  

Este es un destino realmente sorprendente, donde hay mucho por descubrir que sus troncos petrificados, claro, son los que le dan su nombre y fama mundial, pero mientras más te adentras a su territorio irás descubriendo fósiles, cerros y mesetas, antiguos petroglifos, vida salvaje e incluso flores silvestres, dependiendo de la época del año en que decidas visitar el parque.

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Caminos del Parque Nacional del Bosque Petrificado

Sus paisajes de ensueño los vas descubriendo entre senderos cortos, muy bien mantenidos; de hecho, una caminata en las áreas más campestres dan muestra de su esplendor. Pero si deseas apartarte de todo y sentir la tranquilidad de este lugar, entonces dirige tus pasos hacia el Desierto Pintado, que invita a disfrutar de momentos de reflexión.

Para capturar las mejores vistas que ofrece el Parque Nacional del Bosque Petrificado, está los miradores de Lacey, pero también puedes hacerlo a través de Tiponi, Kachina, Whipple. ¿Quién hubiera imaginado que en este sitio, hace millones de años había agua y bosques? Ahora todo es árido, pero no deja de ser hermoso. 

El bosque se formó al quedar cubierto por sedimentos, así la madera no se pudrió sino que fue absorbiendo los minerales del terreno, convirtiéndose en un estilo de roca diseminada en rodajas. Este destino fue declarado Monumento Nacional en 1906, por el presidente Theodore Roosevelt. 

Muy cerca está el Puerco Pueblo, que permite visitar una zonas arqueológicas de un poblado indígena, donde se pueden encontrar huellas de petroglifos grabados en las piedras. Fue hasta 1962 que pasó a ser Parque Nacional.