Isla Clipperton, el atolón que México y Francia disputaron por años

Este lugar tiene una historia digna de una película de acción

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Isla Clipperton, el atolón que México y Francia disputaron por años
Foto: underseahunter/Instagram

La Isla Clipperton es uno de los secretos naturales que alguna vez guardó México. A este atolón se le considera el último de los territorios perdidos por nuestro país y su historia parece filmada en una película de acción y aventura: desde piratas hasta quedar totalmente en el olvido.

Esta isla no figura en los mapas de México ni en ningún libro de historia; sin embargo, se encuentra muy cerca de Acapulco, en Guerrero. También conocida como Isla de la Pasión, este atolón coralino deshabitado tiene 6 kilómetros cuadrados de superficie y 11 kilómetros de perímetro costero. Se localiza en el océano Pacífico. Actualmente pertenece a Francia.

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Francia se adueñó de este atolón de forma arbitraria mediante el rey Víctor Manuel III de Italia, encomendado por El Vaticano, en 1931. Su posesión ha estado en manos de ingleses, españoles, estadunidenses y franceses.

No existe registro alguno de esta isla pero, según algunos investigadores, en principio fue conocida como Isla Médanos y registrada por primera vez por Fernando de Magallanes entre 1520 y 1521, en sus cartas de navegación.

El nombre de Isla Clipperton deriva del pirata inglés John Clipperton, quien en febrero de 1705 desembarcó en el atolón. Clipperton era tripulante de la embarcación Saint George, que era comandada por el capitán William Dampier. Este navío se encargaba de atacar y saquear los barcos españoles en las rutas del Pacífico.

Tras capturar un pequeño galeón en los mares de Costa Rica, al que bautizaron Dragón, Clipperton tomó su mando y, según la leyenda, usaba la Isla Clipperton como refugio y habría escondido un tesoro en ella. Sin embargo, nunca se pudo acreditar la propiedad debido a la actividad ilegal del pirata británico.

Posteriormente, en 1711 Martin de Chassiron y Michel Dubocage, capitanes de barcos franceses, redescubrieron la isla y le asignaron el nombre de la Isla de la Pasión. La primera expedición científica corrió a cargo de Michel Dubocage en 1725.

Estuvo bajo el dominio mexicano durante el periodo 1812-1858. Tras la declaración de Independencia en 1821, México se consideró heredero de los derechos de España sobre la isla y pasó a formar parte del recién nacido país. Las constituciones de 1824 y 1857 incluyen explícitamente a la isla dentro del territorio nacional.

Pero el segundo Imperio francés desconoció la Constitución mexicana de 1857 y señaló en 1858 que el francés Víctor Le Coat Kervenguen había descubierto la isla y, por tanto, le pertenecía a su gobierno.

La disputa por la Isla Clipperton se acrecentó cuando los navegantes se percataron de la abundancia del guano, excremento acumulado de algunas aves que solía usarse como fertilizante de alta calidad pero también era empleado en la producción de pólvora y explosivos dada su concentración de nitrógeno, potasio y fosfato.

La explotación de guano no duró mucho y la Isla Clipperton volvió a ponerse en disputa con la construcción del canal de Panamá; fue entonces cuando Estados Unidos se sumó a la lucha por el control de su territorio.

Pero el país del norte quedó fuera cuando la disputa quedó entre México y Francia, naciones que acordaron que el rey Víctor Manuel III decidiría. Al jerarca le tomó más de 20 años decidir que le pertenecía a Francia, pese a que la Constitución mexicana reconocía a la Isla Clipperton como parte de su territorio hasta 1934.

Cabe mencionar que de acuerdo con las órdenes del presidente Porfirio Díaz, se construyó un faro con una lámpara de aceite de 10 mil bujías y una guarnición militar al comando del capitán Ramón Arnaud Vignon, de la Marina mexicana.

En el periodo entre 1908 y 1913, cerca de 100 personas vivían en la isla y cada dos meses un barco proveniente de Acapulco llevaba víveres; desafortunadamente este servicio se suspendió con el estallido de la Revolución Mexicana y los habitantes de la isla fueron abandonados a su suerte.

En 1908, la Pacific Island Company dio por terminada sus operaciones de explotación de guano en la Isla Clipperton al no encontrar compradores. Tras caer los precios, finalmente la empresa desapareció en 1910.

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Isla Clipperton, historia de desencuentros

En 1914, el capitán Ramón Arnaud Vignon volvió a la isla tras entrevistarse con Victoriano Huerta (presidente de México entre 1913 y 1914) y solicitó provisiones. Seis semanas después, los revolucionarios capturaron el buque y lo hundieron en las costas de Mazatlán.

En ese mismo año, Estados Unidos envió una goleta con provisiones, misma que encalló en el arrecife. Al enterarse del naufragio de su navío, envió un crucero para rescatar a los sobrevivientes de la isla; pero a mediados de 1914, la mayoría había muerto de escorbuto y los únicos sobrevivientes únicamente deseaban abandonar la isla a bordo del barco USS Cleveland.

Se dice que Ramón Arnaud Vignon declaró que no era necesaria la evacuación; dicha orden fue dada por su deserción del Ejército mexicano, delito por el cual fue enjuiciado. Una segunda evacuación pudo interpretarse por sus superiores como una segunda deserción. Quien sí fue evacuado fue el alemán Gustavo Schultz, quien —se dice— se volvió loco.

Arnaud murió en 1916 tras un intento fallido por alcanzar un buque que pasó frente a la isla usando una canoa; ésta se hundió junto con el exmilitar mexicano. Tras la muerte de Arnaud, una sola persona quedó en la Isla Clipperton, Victoriano Álvarez, quien ante el aislamiento habría enloquecido, violando y asesinando a varios de los pobladores que quedaban, antes de ser asesinado por una de sus víctimas: Tirza Rendón, con la ayuda de Alicia Rovira, esposa del capitán Arnaud.

Para cerrar la historia, el barco USS Yorktown rescató a cuatro mujeres y siete niños sobrevivientes, cuya supervivencia se atribuye al consumo de frutos y agua de coco.