Islandia deja caer su belleza entre cascadas espectaculares

Descubre junto a nosotros tres de estos escenarios que se rodeadas de leyendas y geografía que les otorga una vista impresionante

Islandia revela sus impresionantes cascadas
Jens Klettenheimer/Flickr

Se dice que no hay mejores arquitectos en Islandia que el hielo y el fuego; su comunión transforma la naturaleza en un territorio inhóspito, pero a la vez fascinante y hermoso. Es así como sus caminos develan playas de arena negra, cuevas de hielo, llanuras verdes, volcanes en erupción, pozas de aguas termales, géiseres, glaciares, hasta cascadas idílicas. 

Son las desembocaduras de sus ríos que dan forma a estos espectaculares velos, cortinas o colas de agua, fenómenos de la madre Tierra que se extienden a lo largo del país, saltos que se descubren ante la mirada atónita de las mujeres y hombres capaces de admirar su belleza. Así que te invitamos a una travesía virtual para conocerlas.

Tres imperdibles en Islandia

Godafoss

Para los islandeses es la cascada de los dioses, un místico sobrenombre que se ganó al ser testigo de la adopción del cristianismo en el año 1000 d.C. La leyenda cuenta que el gobernador principal de entonces, conocido como Thorgeir Ljosvetningagodi, arrojó a las aguas de Godafoss las imágenes de los ídolos vikingos, para comenzar a adorar al Dios cristiano.

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Aldeyarfoss

Siguiendo el curso del río Skjalfandifljót, a unos 40 kilómetros hacia el sur se encuentra esta impresionante caída de agua de 20 metros de altura, que desciende hacia una hermosa laguna azul, por medio de unas oscuras columnas de basalto hexagonales, formadas por la lava que fluía por los acantilados de este lugar durante una erupción de hace siglos. 

Skógafoss

Se trata de una de las cascadas más grandes y hermosas de Islandia, con un asombroso ancho de 25 metros y una caída de 60 metros. Se encuentra en el río Skógá, visible desde la Ruta 1.

Debido a la cantidad de rocío que produce, al menos un arcoíris está presente cada vez que el Sol emerge por detrás de las nubes. La tierra debajo de su caída es muy plana, lo que permite a los visitantes caminar hasta la pared de agua.