Real de Catorce: pueblo fantasma del altiplano potosino

Un lugar con atmósfera mística otorgada por la comunidad wixárikas, los guardianes del peyote

2001
Real de Catorce
Turismo San Luis Potosí

Todo inicia frente al Túnel de Ogarrio, ahí se muestra ante tus ojos imponente y a la vez desafiante, son 2.3 kilómetros que tendrás que recorrer antes de llegar a tu destino final: el Pueblo Mágico de Real de Catorce.

Pero regresemos al principio, porque debes saber que el siguiente trayecto, forjado en la misma roca, data de principios del siglo XX y permanece como reflejo de la ostentación de poder de aquellos hombres que alguna vez habitaron Real de Catorce.

Es al final del Túnel de Ogarrio, que se devela como suspendido en el tiempo, el pueblo de Real de Catorce, cuyo rostro es de piedra que trasciende a lo enigmático, para desprender entre su atmósfera un olor a la flor de la biznaga, conocida como cabuche.

Los historiadores cuentan que Real de Catorce, localizado a 237 km de San Luis Potosí, inició su etapa de mayor esplendor en 1778, cuando eran explotadas sus minas, al igual que Guanajuato y Zacatecas hacían lo propio con las suyas, para convertirse en líderes en la producción de plata.

 

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🌄 | ¿Sabes cuanto mide nuestro hermoso túnel del ogarrio, en Real de Catorce? #PuebloMagico #VisitaSanLuis #TuristaSurrealista

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Real de Catorce una joya sin plata

Muchas leyendas rodean a Real de Catorce considerado como el pueblo fantasma del altiplano potosino, incluso el origen de su nombre aún se debate, pero hay quienes prefieren quedarse con la versión que cuentan algunos lugareños.

En aquellas épocas los caminos que conducían hacia Real de Catorce eran invadidos por ladrones. Una banda conformada por 14 asaltantes, fue aprendida y ejecutada por los delitos cometidos. En honor a esta hazaña de las autoridades, el número fue retomado para dar nombre al que ahora conocemos como un maravilloso destino.

Pero no solo sus leyendas son parte del atractivo que lo conforma, el misticismo, cultura y tradición huichol, se ha convertido en todo un símbolo de Real de Catorce, que cada año atrae a gente que desea vivir la experiencia de sus rituales sagrados.

Aquí es donde se encuentra el Wirikuta, la tierra sagrada para esta comunidad que también es conocida como wixárikas, los guardianes del peyote. Cada año realizan una peregrinación hasta el Cerro del Quemado, considerado su centro ceremonial, donde piden a sus Dioses por las cosechas y su bienestar.

Llegar hasta aquí es sobre caballo, un viaje largo de tres horas. Al regreso solo hay que disfrutar de la nostalgia y paz que ofrece Real de Catorce, con una botella de cerveza en mano, mientras se disfruta del cielo estrellado desde la terraza de alguno de sus bares, mientras se acompaña la cena con uno tacos de biznaga, que son tradicionales en estos lares.

Al día siguiente se puede comenzar una nueva aventura al recorrer el desierto en camionetas Willies 4X4; disfrutar de alguna actividad cultural en el Palenque que data de 1863; visitar su museo la Casa de Moneda con exposiciones temporales; caminar por las ruinas Compromiso llenas de leyendas fantasmales y mucho, pero mucho más para enamorarte de Real de Catorce.