Parras de la Fuente, también conocido como “El oasis de Coahuila”

Iniciar la ruta del vino desde Casa Madero, vistas espectaculares desde del cerro Sombreretillo y conseguir el amor eterno en la Plaza del Beso

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Parras de las Fuentes Pueblo Mágico de Coahuila
Patrick Jungbluth/Flickr

Sabemos que todo depende de tus gustos y necesidades, pero siempre decimos que lo primero que se tiene que hacer al llegar a Parras de la Fuente, en Coahuila, es visitar Casa Madero, una de las primeras bodegas dedicadas a la producción de vino, en este Pueblo Mágico.

Se fundó hace más de 400 años en la Hacienda de San Lorenzo, donde hoy en día se puede recorrer en compañía de un guía, que te muestra las bondades de este maravilloso lugar, para continuar por sus viñedos, bodegas donde reposan sus vinos entre barricas, hasta paladear sus etiquetas a través del asesoramiento de un sommelier.

Ahora que las condiciones permitan emprender el vuelo hasta este destino, te recomendamos agendar tus vacaciones en agosto, cuando Casa Madero celebra las Fiesta del Vino, que se complementa con actividades culturales, gastronómicas y mucho conocimiento y degustación de este elixir.

En este Pueblo Mágico hay que seguir la ruta del vino, así que la próxima parada es la Hacienda de Perote, propiedad perteneciente a la industria vitivinícola regional, que además ofrece servicios de hotelería. Por último hay que dar un recorrido por las Bodegas del Vesubioviñedos Rivero González y descubrir la producción de vinos caseros que fácilmente se pueden adquirir en las tiendas del centro.

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Adentrémonos al centro de Parras

Otro de los grandes atractivos que tiene este Pueblo Mágico es la Iglesia de Santo Madero, que ocupa la parte más alta del cerro Sombreretillo. Cuenta la leyenda que de este colosal surgían sonidos macabros, así que decidieron colocar una cruz, pero jamás lograron mantenerla de pie, así que la opción fue levantar este recinto sagrado.

Pero tiene un motivo más poderoso para visitar su interior, pues los lugareños aseguran que guarda celosamente una de las astillas de la cruz, donde fue crucificado Jesús. Además, promete una de las tomas panorámicas más exquisitas de todo Parral, que permite ver el color turquesa del llamado Estanque de Luz, ahora balneario, que se alimenta de los manantiales de la sierra desde 1888.

Hay que caminar por su Plaza del Reloj, donde se halla el edificio que mantiene un hermoso reloj que sobrevive desde 1913, construido para honrar a su hijo pródigo, el famoso revolucionario Francisco I. Madero. Actualmente sus instalaciones alberga el palacio municipal. 

Por último, hay que ir muy bien acompañado o acompañada, para dirigir los pasos hacia la Plaza del Beso, también en el centro de Parras, un lugar súper tradicional rodeado de nogales y bancos; se dice que aquellas parejas que tomen asiento y se fundan en un prolongado beso, correrán con la fortuna o la buena suerte de que su amor sea duradero, para toda la vida.