El Jergas: la leyenda de las minas de Real de Catorce

"El Jergas", el fantasma benefactor de Real de Catorce.

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Foto: perpol2014/Pixabay

Real de Catorce es uno de esos destinos con encanto fantasmal, del cual derivan muchas leyendas como la de El Jergas, de ahí que sea uno de los pueblos más visitados de San Luis Potosí, ya que semana a semana decenas de turistas visitan este lugar para conocer su historia minera.

El Jergas, el fantasma de Real de Catorce

El título de Pueblo Fantasma le fue otorgado al quedar despoblado tras perder a sus habitantes y su historia data desde el año 1773, cuando los mineros Sebastián Coronado y Manuel Martínez hallaron una de las minas de plata más fructíferas de la época del virreinato.

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Alcanzó su mayor auge a principios de la década de 1810, aunque siguió operando hasta el siglo XX. Un día la bonanza terminó y el pueblo quedó abandonado por diversos factores, como la escasez de plata y la inundación de una de las excavaciones. De 14 mil habitantes que había en 1905, 733 permanecieron hasta 1921, posteriormente quedó como lo conocemos hasta ahora.

El Jergas, el fantasma de Real de Catorce

El Jergas es un minero que murió hace muchos años mientras trabajaba en una de las minas y que, según la gente, deambula día y noche en las minas y los rincones de Real de Catorce.

Según la leyenda, la presencia de El Jergas no es exclusiva de Real de Catorce, sino también del socavón del Refugio; y dice que al término de la jornada laboral, los mineros tenían que partir a sus hogares en pares, jamás solos, ya que al último que salía de la mina se le aparecía un hombre que le pedía volver al interior de ésta, como si se tratase del superintendente.

Debido a su aspecto físico y apariencia, el hombre que quedaba hasta el final lo acompañaba de regreso sin saber que se trataba de una aparición y no de una persona real. Al notar la ausencia del minero sus compañeros regresaban a buscarlo, encontrando a su paso zapatos, lámpara y demás indicios que revelaban su paradero; cuando lo encontraban, el hombre estaba inconsciente, en ocasiones en la boca de un tiro, otras tantas a varios metros de altura sin escalera o en zonas de difícil acceso.

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Cuando el hombre despertaba, decía que en la oscuridad era cargado y colocado en extraños lugares de la mina, desconociendo su paradero. En ocasiones solían encontrar vetas de oro y plata o pepitas de estos minerales en sus bolsillos, por lo que dicen que no se trata de un espíritu maligno, sino benefactor.

Pese a ésto, los mineros aseguran tener miedo y respeto, ya que nunca se sabe cuándo se perderán, pues sin alguien que los busque difícilmente podrían salir. Mencionan que no solo mineros pueden ver a El Jergas, ya que también puede aparecer en la entrada de alguna mina o por algún rincón de Real de Catorce.

Se cree que El Jergas fue bautizado con este nombre debido a su apariencia física e indumentaria llena de polvo, maltratada y desgastada, similar a una jerga.