Dentro de la vasta y muy extensa gastronomía mexicana existen innumerables platillos que se consumen en determinadas zonas geográficas del país, tal es el caso del los chiquiliques, un exótico manjar que se consume principalmente en las costas de Acapulco, Guerrero.
¿Qué son los chiquiliques?
En algunas playas de América habitan unos diminutos crustáceos que son considerados un verdadero manjar para el paladar, se les conocen como chiquiliques y son unos pequeños cangrejos que llegan a medir 35 milímetros de largo por 25 de ancho.
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Las hembras suelen distinguirse del resto de los crustáceos ya que son casi dos veces más grandes que los machos y son fáciles de identificar porque en la parte baja cargan una masa de color naranja, que son sus huevecillos. Estos animales se reproducen entre los meses de febrero y octubre.
Los adultos son de color arenoso, por lo que se camuflan bien y no tienen garras ni espinas. Tienen cinco pares de patas y mudan constantemente por lo que su exoesqueleto con frecuencia se puede encontrar varado en las playas.
Las hembras pueden llegar a poner entre 45 mil y 50 mil huevecillo, los cuales tardan cerca de 30 días en gestarse y nace. Una vez que nacen deben enfrentarse a los depredadores como aves, peces y comerciantes locales, quienes elaboran deliciosos platillos con ellos.
El nombre científico de los chiquiliques es emérita análoga y habitan principalmente en el hemisferio norte desde Alaska hasta Baja California y en el sur entre Ecuador y Argentina. En Sudamérica, se les conoce como «muy, muy«, en Chile como «pulga de mar» y en Honduras como «chirinos de mar«.
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¿Cómo se comen?
Como mencionamos anteriormente, los chiquiliques son una delicia que se consume principalmente en las costas de Guerrero, ya sea en guisado a la mexicana, empanizados, al mojo de ajo, en pasilla o en diferentes caldos. Así que cuando visites las costas de Acapulco, no olvides probar esta delicia.
