Al parecer al diablo le encanta bailar y colarse en los bares, antros y bailes de moda. Y es que al respecto existe una leyenda que se cuenta a lo largo y ancho de México.
Los relatos son muy parecidos, aunque suele tener algunas variantes: una joven bella y un tanto rebelde llega a un bar, antro, centro, nocturno o baile; ahí mismo conoce a un joven muy guapo que roba las miradas de todas las chicas del lugar.
Él se siente atraído hacia la joven y la invita a bailar con él. Mientras se mueven al ritmo de la música, el ambiente empieza a oler a azufre; todas las personas se horrorizan y empiezan a gritar al notar que el hombre no tiene pies, sino patas de cabra.
El chico —que en realidad es el diablo— desaparece e inmediatamente se incendia el lugar.
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Las diferentes leyendas del diablo
Esta leyenda se ha contado desde hace muchos años y se utiliza para aconsejar a las adolescentes fiesteras, sobre todo para que no salgan en fechas que se supone son sagradas, como Jueves y Viernes Santo —días cuando, según algunas versiones, ha ocurrido esta tragedia— o en fiestas como Año Nuevo.
En otras versiones se dice que la chica fallece al instante a causa de la impresión; en otras narraciones, que desaparece sin dejar rastro; en algunas más, que la chica sobrevive pero fallece a los pocos días en circunstancias extrañas; y hay algunas que dan por seguro que la muchacha enloquece completamente.
El centro nocturno, antro, bar, discoteca o lugar que el diablo elige para bailar, no corre con mejor suerte: en algunas ocasiones se incendian, cobrando las vidas de cientos de inocentes; en otras, caen en una mala racha y terminan cerrando o quedan abandonados.
Sea cual sea la versión más certera de esta leyenda, las madres y las abuelas de las muchachas que gustan de salir a divertirse, las relatan con la esperanza de que no lleven «una vida de excesos».
Sin embargo, lo curioso es que historias como éstas se cuentan desde Baja California hasta Yucatán, incluso en otras regiones de Latinoamérica, como Cali o Medellín, en Colombia.
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Así que si un día sales de fiesta y de repente vez que el chico más guapo y asediado del lugar te invita a bailar, piénsalo dos veces…