La saturación turística, el aumento descontrolado de precios y el deterioro ambiental han llevado a algunos de los lugares más famosos del mundo a ser catalogados como destinos que no vale la pena visitar, pues a veces la fama puede ser un arma de doble filo.
Cuando millones de personas quieren vivir la misma aventura al mismo tiempo, el encanto original se pierde entre multitudes, largas filas y servicios colapsados.
Por eso, el portal internacional Travel and Tour World (TTW) publicó una lista de los destinos que, pese a su popularidad, se han vuelto tan caóticos y costosos que mejor piénsalo dos veces antes de visitarlos.
Aquí te presentamos el top 5 de los destinos que no vale la pena visitar y las razones de esta polémica clasificación:
El exceso de visitantes ha superado los límites técnicos permitidos, lo que pone en riesgo la integridad de las estructuras arqueológicas y el ecosistema.
De acuerdo con datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú, en 2024 Machu Picchu recibió 1.5 millones de turistas, de los cuales el 76% fueron extranjeros.
El número de turistas que visitaron este destino, significó un aumento de alrededor de 50% con respecto al año anterior. A esto se suman precios elevados, colapso en la venta de boletos, denuncias de corrupción y una experiencia caótica para los turistas, con largas filas y servicios saturados.
Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha expresado su preocupación por el posible daño irreversible al patrimonio.
Esta ciudad enfrenta una saturación extrema con más de 25 millones de turistas al año, lo que ha provocado congestión en calles, alquileres inasequibles, impacto en la infraestructura y una drástica disminución de la población local.
Durante los periodos de mayor afluencia, el número de visitantes diarios en Venecia puede sobrepasar los 170 mil; cifras oficiales indican que solo en el año 2023, Venecia recibió un total de 38 millones de turistas.
Ante este turismo masivo, Venecia empezó a aplicar una tarifa de acceso en 2024 para intentar poner límites a la masificación turística. Los esfuerzos para regular el turismo no han logrado frenar el deterioro ambiental y social que esto ha dejado en el destino turístico.
El paraíso tropical ha perdido su serenidad debido a la congestión en zonas clave, contaminación plástica, deforestación y transformación urbana agresiva.
El turismo masivo ha generado desequilibrios ambientales y culturales, reemplazando la esencia espiritual por una sobreexposición turística.
De acuerdo con datos revelados por la Oficina Central de Estadísticas de Bali, la afluencia de turistas extranjeros alcanzó las 551 mil 100 visitas durante el último mes de 2024; lo anterior representó un incremento del 16.54% respecto a noviembre del mismo año.
Este incremento provoca saturación en servicios y una sensación de que el destino ya perdió su sello de lugar de descanso.
El turismo ha invadido barrios residenciales y templos tradicionales, llevando a restricciones como la prohibición de tomar fotografías en ciertas áreas.
La presión turística ha desplazado a la comunidad local y ha alterado la vida cotidiana y el patrimonio cultural de la ciudad.
Este destino hogar de templos centenarios y rituales tradicionales ha enfrentado en los últimos meses la amenaza del turismo desbordado. La sobrepoblación pone en riesgo la calidad de vida de sus habitantes.
Como un intento de frenar la situación, a inicios de 2025 las autoridades de Kioto anunciaron un fuerte aumento de los impuestos a los alojamientos que ascenderán hasta más de 60 dólares por noche y persona según el hospedaje.
Esta isla recibe hasta 18 mil cruceristas por día en verano, lo que ha saturado los servicios, disparado los precios y deteriorado la calidad de vida de los residentes.
El exceso de turistas ha provocado problemas de basura y presión sobre los recursos locales. Además de que restan valor real a la experiencia del visitante y ponen en riesgo la sostenibilidad de estos lugares.
Tan solo en 2023, 800 cruceros desembarcaron en la isla, provocando la llegada de 1.3 millones de turistas, un aumento del 23% respecto al año anterior.
El turismo masivo, aunque ha sido motor de desarrollo económico para muchas regiones, también ha demostrado ser una amenaza para la sostenibilidad de destinos maravillosos alrededor del mundo.
La saturación de visitantes no solo deteriora el patrimonio cultural y natural, sino que también afecta la calidad de vida de las comunidades locales, genera tensiones sociales y transforma la esencia auténtica de estos lugares en meros parques temáticos.
Sin un manejo responsable, la belleza y el valor histórico de estos destinos corren el riesgo de perderse para las futuras generaciones.