Zonas arqueológicas poco conocidas de Quintana Roo y su legado Maya

Maggu Jasso / m.jasso@mexicotravelchannel.com.mx

Si creías que ya conocías todo sobre las maravillas arqueológicas de Quintana Roo, prepárate para descubrir unas joyas mayas que pocos han explorado y que te dejarán sorprendido por su historia y belleza.

Te cuento que en México Travel Channel viajamos hasta Quintana Roo para descubrir más allá de las famosas zonas arqueológicas de Tulum o Cobá, pues conocimos otros sitios menos explorados, donde incluso, siguen los trabajos por parte de investigadores y arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para mostrar templos que parecen contar secretos tallados en piedra en medio de la selva y de la naturaleza.

Estas ciudades mayas no solo son grandes vestigios, sino que guardan historias de gobernantes valientes, rutas comerciales por canales y una arquitectura que cambia y evoluciona con el paso de siglos.

Dzibanché, escritura en madera

Dzibanché, ubicado a apenas 45 minutos de Chetumal, es un sitio que sorprende por su enorme extensión, más de 40 kilómetros cuadrados, y por su arquitectura monumental que integra cuatro grupos principales: Dzibanché o Grupo Principal, Lamay, Tutil y Kinichná.

Este lugar fue capital de una dinastía muy importante, la Kanuu’l, y combina estilos arquitectónicos del Petén con características propias del Clásico maya que se reflejan en sus templos con fachadas decoradas y bóvedas altas.

¿Sabías que Dzibanché debe su nombre a un arqueólogo inglés que visitó el sitio en 1927? Significa “escritura en madera” por los dinteles de madera tallada ubicados en uno de los Templos de la zona, los cuales fueron retirados para garantizar su conservación.

Kinichná, la casa del sol

Muy cerca de Dzibanché, a tan sólo dos kilómetros, se encuentra “Kinichná, la casa del sol”. Su principal edificio se conoce como la Acrópolis, interesante pirámide de tres niveles cuya escalinata conduce al mismo tiempo a dos templos localizados lateralmente.

Kinichná fue parte del asentamiento de Dzibanché. Se construyó aprovechando una loma, parte de terreno alto; además fue el lugar donde se establecieron los primeros pobladores de Dzibanché debido a la cercanía con una fuente de agua localizada al norte.

Una de las cosas más interesantes de este sitio es que posee edificios que reflejan un proceso arquitectónico de varias etapas, pasando por estilos clásicos y locales que hablan de una evolución constante.

Kohunlich, el Templo de los Mascarones

Kohunlich es un sitio que te reta a adentrarte en la selva tropical y encontrar el majestuoso Templo de los Mascarones, con figuras que aún conservan pintura roja (que en la cultura maya significaba el poder).

Aquí lo importante es disfrutar de una experiencia visual y espiritual que transporta a tiempos lejanos. Este sitio tuvo ocupación continua desde el 500 a.C. hasta alrededor del 1100 d.C.  

Kohunlich se sitúa al sur del estado de Quintana Roo en el municipio de Otón Blanco, a 65 km de Chetumal. El clima de la región es tropical-húmedo y el suelo está constituido principalmente por rocas sedimentarias, destacando las rocas calizas y las de yeso.

El sitio arqueológico es un enorme asentamiento, conformado por una serie de complejos arquitectónicos de carácter ceremonial y residencial, algunos de los cuales pudieron funcionar como barrios o agrupamientos familiares de la élite.

El nombre Kohunlich deriva de otro apelativo en inglés con el cual se conoció a la zona arqueológica: Cohoon Ridge que quiere decir “colina de corozos” (frutos de diferentes especies de palmas). Los lugareños adaptaron la pronunciación a “cojumrich” hasta que, finalmente, el arqueólogo Víctor Segovia la llamó Kohunlich.

Oxtankah, la ciudad de los navegantes

Pero si te atraen las historias de navegantes y comercio, Oxtankah, a solo 16 kilómetros de Chetumal, es un sitio que no puedes perderte.

Fue la ciudad más importante de la bahía de Chetumal y sus habitantes dominaron los canales y rutas marítimas del Caribe. Además de imponentes estructuras, construyeron sistemas ingeniosos para captar agua dulce, como pozos y chultunes, que muestra su adaptabilidad y conocimiento del entorno natural.

Al oeste de la ciudad se encuentra un gran sistema lacustre que se conecta con el mar por estrechos canales y en el que destacan la laguna de Bacalar y la laguna Guerrero. En cuanto a sus recursos básicos, Oxtankah gozó de una posición privilegiada, ya que sus habitantes tuvieron acceso a alimentos tanto de origen marino como lacustre en abundancia.

Chacchoben, la cuna de las funciones cívicas mayas

Chacchoben es otro tesoro arqueológico con una larga historia, iniciada casi 300 años antes de nuestra era. Este sitio comprende alrededor de 70 hectáreas, en donde se ubican conjuntos arquitectónicos de carácter público con diferentes funciones cívicas, religiosas y administrativas.

Esta ciudad Maya combinó características arquitectónicas del Petén, Río Bec y Chenes, dando como resultado un estilo muy particular.

Su Acrópolis y diversos templos se mantienen imponentes, demostrando la importancia del lugar para la región. En 1994 el INAH comenzó a explorar el sitio, y desde entonces se han efectuado intervenciones y consolidaciones.

Ichkabal, la ciudad de las estructuras altas

Ichkabal, un sitio que apenas se empezó a explorar a finales del siglo XX, destaca por sus estructuras muy altas, y por su rol contemporáneo a grandes capitales mayas como Calakmul y Tikal.

El trabajo arqueológico sigue avanzando gracias a los esfuerzos del INAH para conservar y dar a conocer esta joya.

Se distingue por contar con estructuras particularmente altas dentro de esta región cultural, muchas de las cuales superan los 40 metros de altura, y que comúnmente se agrupan en conjuntos triádicos.

Como sitio arqueológico, Ichkabal fue registrado el 30 de enero de 1996. A partir de los años 2000, el INAH ha realizado diversas labores enfocadas en la prospección arqueológica, limpieza, conservación y restauración de estructuras monumentales.

Zonas en exploración

Lo más emocionante de todo es que Quintana Roo alberga al menos 14 zonas arqueológicas abiertas al público, muchas aún en proceso de exploración. Estos sitios tienen un valor cultural vivo, ya que miles de habitantes de la región aún hablan maya y mantienen tradiciones que nutren esta riqueza ancestral.

Si te apasiona la cultura maya, la aventura y la historia, no dejes pasar la oportunidad de visitar estas zonas arqueológicas menos conocidas y sumergirte en un México profundo y sorprendente.

Después de tu experiencia, te invitamos a compartirla con nosotros en las redes sociales de México Travel Channel (@mexicotravelchannel). Cuéntanos cuál sitio te fascinó más, qué descubriste o qué sensaciones despertaron estas ruinas llenas de vida y misterio.

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