Acolman: Cuna de las piñatas mexicanas ahora patrimonio cultural inmaterial del Estado de México


Por: Gustavo Silva González ( g.silva@mexicotravelchannel.com.mx )

Bajo las estrellas de posadas decembrinas, el golpe del palo contra piñatas resuena como himno familiar en Acolman, dejando caer dulces y con ello emoción, alegría y tradición.

Para los apasionados por herencias vivas, les contamos que este Pueblo Mágico (Acolman) consolida su fama como origen nacional de las piñatas, elevado a tesoro inmaterial por el Congreso mexiquense.

Raíces coloniales: Nacimiento en 1587 con Frailes Agustinos

La piñata mexicana surge en 1587 en el Ex Convento de Acolman (joya UNESCO del siglo XVI), cuando frailes agustinos, bajo permiso papal de Sixto V para “Misas de Aguinaldo”, transformaron ollas de barro italianas en figuras festivas.

Decoradas con siete picos (pecados capitales), colores tentadores (fragilidad humana) y rellenas de frutas (gracia divina), sirvieron para posadas evangelizadoras, fusionándose con ofrendas prehispánicas otomíes-nahuas de abundancia.

Indígenas locales innovaron con cartón reciclado, papel maché resistente y volantes de crepé, técnica transmitida oralmente que define la piñata acolmense clásica.

Esta simbología – el palo como voluntad divina- se expandió nacionalmente, registrada en 2023 por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), como “Piñata Artesanal Acolman Renace” para autenticidad.

Romper la piñata
Romper la piñata es uno de los momentos más esperados en una posada.

Decreto histórico: Patrimonio inmaterial

El 19 de noviembre 2025, el Congreso del Estado de México (por iniciativa del diputado Osvaldo Cortés Contreras) proclamó Patrimonio Cultural Inmaterial la elaboración artesanal de piñatas en Acolman, salvaguardando saberes, técnicas (armazón, envoltura y decoración), prácticas festivas y transmisión generacional.

Esto, beneficia a 150 artesanos piñateros que producen 30 mil piñatas anuales —incluyendo piezas gigantes decorativas para exportación—, fomentando empleo sostenible (“verde”) y atrayendo turismo cultural.

Además, declara el 16 de diciembre como Día de la Piñata Acolmense, obligando al Ayuntamiento y Secretaría de Cultura a destinar recursos presupuestales para su conservación, talleres formativos y promoción en colaboración con la sociedad civil.

En cada piñata acolmense rota bajo las luces de posadas, se libera no solo el dulce de la infancia, sino el orgullo de un legado que frailes y artesanos tejieron para México entero. Sin duda, un recordatorio de que las tradiciones más dulces nacen donde la fe y la creatividad se encuentran.

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Piñata
Piñatas, una tradición orgullo nacional.

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