¿Recuerdas El Bandasha?… El legendario antro de Tecamachalco que encendió la fiesta en los 90s

Maggu Jasso / m.jasso@mexicotravelchannel.com.mx

Si creciste en la década de los noventa, seguramente recuerdas aquellos antros exclusivos donde el valet parking era el rey de la noche y los cadeneros te miraban de arriba abajo, reservándose el derecho de admisión (si ellos querían)…

En esa época, uno de los antros que se ganó más fama fue “El Bandasha”,  ubicado en la zona de Tecamachalco, y que se convirtió en todo un “templo de la fiesta”.

Lo que hacía único a El Bandasha

Fue inaugurado a finales de los ochentas y se convirtió en la primer Discoteque clásica de Bosques de las Lomas.

Este lugar presumía que cada noche iba la “gente bonita”, quien se daba cita para bailar hasta el amanecer en sus instalaciones, que explotaron el concepto romántico, al estar rodeada de luces rojas y espacios más privados para priorizar el acercamiento entre los visitantes.

Su bebida de referencia era “El Tarzán”, una combinación de licores que destacaban por ser potentes y dejar que el paladar recibiera el sabor del festejo. Además, cada que uno pedía esta bebida, era tradición que todo el lugar realizara un grito al estilo Tarzán.

La frase de los cadeneros se hizo famosa: “Joven le agradecemos su visita a Bandasha, pero por el momento nos reservamos el derecho de admisión”.

En este lugar llegó a actuar la reina de la música disco “Gloria Gaynor” al igual que, “Paul Anka”. Debido a su popularidad, se tenía que reservar hasta con 3 o 4 meses de anticipación.

El corazón exclusivo de Tecamachalco

El Bandasha reinaba en Bosques de las Lomas, específicamente en la zona limítrofe con Tecamachalco, Naucalpan de Juárez, Estado de México —un enclave elite cerca de Cuajimalpa y el Chamayal.

Esta área, con sus avenidas arboladas como Paseo de los Ahuehuetes y Bosque de Radiatas, era (y es) sinónimo de lujo accesible para la clase media alta chilanga que huía del caos centro para fiestas top.

Su spot estratégico atraía a ejecutivos, teens fresas y celebridades, convirtiéndolo en el epicentro de la noche edomex en los 90.

El Bandasha explotó en los 90 como el primer antro “clásico” de la zona, marcando el paso de cabarets old-school a discotecas modernas con barra libre y shows internacionales.

Ambiente único y privado

Sus propietarios tuvieron visión al transformarlo en un oasis romántico con rinconcitos íntimos, luces estroboscópicas y pisos iluminados, ideal para ligues garantizados.

Ofrecía música disco, house incipiente y pop de exportación. ¡El ambiente era puro fuego! Entrabas a un mundo de espejos, reflectores y mesas VIP.

Tenía valet parking, meseros que en seis meses compraban autos con propinas, y un público mixto: heteros, gays, teens y famosos como Niki Lauda o Mauricio Islas.

Además, ofrecía barra libre y afters en el lugar de costras que estaba a un costado con variedades de bistec, pastor y salsas picositas.

Importancia cultural

El Bandasha simbolizaba el boom noventero de la noche mexicana: exclusividad accesible, mestizaje social y escape post-terremoto 85, evolucionando la cultura fiestera de Zona Rosa a los suburbios élite.

Influyó en la escena disco-house local, popularizó la barra libre y cadeneros como personajes, y forjó la identidad “pirrurri” de los 90 —donde la clase media soñaba ser jet set.

Para la cultura mexa, era catarsis colectiva en tiempos de cambio económico, preservando la fiesta como tradición nacional.

​A pesar de su fama, a inicios de los años 2000 este lugar cerró por mayores restricciones de las regulaciones y la competencia que ​comenzó a quitarle visitantes.

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