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Descubre la historia prehispánica de los chilaquiles, uno de los desayunos más emblemáticos de México. Aprende su origen, evolución y cómo prepararlos en casa con una receta fácil y deliciosa.
¿Quién no ha despertado con antojo de unos buenos chilaquiles?
Crujientes, bañados en salsa verde o roja -Oh claro. ¡Campechanos!-, coronados con crema, queso, cebollita, y, si el hambre aprieta, acompañados de un buen bistec, huevo estrellado, pollo, suadero o cochinita pibil… ¡Qué antojo!
Los chilaquiles son ese abrazo mañanero que conquista paladares y, además, esconden una historia fascinante que nos conecta con el México prehispánico.
Hoy te contamos el origen de este platillo, cómo evolucionó a lo largo del tiempo y, por supuesto, te damos una receta paso a paso para que prepares en casa unos chilaquiles mega espectaculares.

La historia de los chilaquiles: Un viaje al México prehispánico
El nombre chilaquiles proviene del náhuatl chīlāquilitl, que significa “hierba o verdura en salsa de chile”.
Su origen se remonta a las culturas mesoamericanas, donde el maíz ya era el alimento central de la dieta.
Los antiguos mexicanos reutilizaban las tortillas que se endurecían, friéndolas o tostándolas y bañándolas en salsas hechas con chiles y jitomates.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, se incorporaron ingredientes como la crema, el queso y la carne, que complementaron este platillo y lo convirtieron en lo que hoy conocemos.
Historiadores de gastronomía como Ricardo Muñoz Zurita han señalado que los chilaquiles fueron una solución práctica y deliciosa al aprovechamiento de las tortillas, lo que los convierte en un ejemplo perfecto de la creatividad culinaria mexicana.

La evolución del platillo
En la actualidad, los chilaquiles son mucho más que un desayuno. Son parte del patrimonio gastronómico mexicano. Cada región del país les da su propio giro, por ejemplo:
- CDMX: Tradicionales en salsa verde o roja, con pollo deshebrado o huevo.
- Puebla: Suelen servirse con salsa poblana y abundante crema.
- Norte de México: Se acompañan con carne asada o machaca.
- Región del Bajío: Los preparan con salsas más caldosas y picantes.
Incluso en restaurantes gourmet, los chilaquiles han sido reinterpretados con ingredientes como mole, salsa de chipotle, habanero o hasta chiles secos exóticos.

Receta de chilaquiles caseros paso a paso
¡Llegó el momento más delicioso! Toma nota y disfrútalos al máximo.
Ingredientes (para 4 porciones):
- 12 tortillas de maíz del día anterior
- 2 tazas de salsa verde o roja (puede ser casera o de molcajete). -Abajo receta salsa verde-.
- 1/2 taza de crema mexicana
- 1/2 taza de queso fresco o panela desmoronado
- 1/4 de cebolla morada en rodajas finas
- 2 cucharadas de aceite vegetal
- 2 ramitas de cilantro fresco picado
- Sal al gusto
- Opcionales: Pechuga de pollo deshebrada, huevos estrellados y aguacate en rebanadas
Preparación:
- Corta y fríe las tortillas: Parte las tortillas en triángulos. Fríelas en aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Retira y escúrrelas en papel absorbente.
- Calienta la salsa: En una sartén amplia, coloca la salsa verde o roja. Deja hervir a fuego medio, corrigiendo de sal.
- Incorpora los totopos: Añade las tortillas fritas y mezcla suavemente para que se impregnen de la salsa sin perder toda su textura.
- Sirve al momento: Coloca los chilaquiles en un plato, decora con crema, queso, cebolla, cilantro y, si lo deseas, pollo deshebrado o un huevo frito encima.
- Disfruta: Acompáñalos con frijoles refritos y un café de olla para un desayuno 100% mexicano.

Receta de salsa verde para chilaquiles
Ingredientes (para 4 porciones):
- 8 tomatillos verdes (aprox. 500 g), sin cáscara
- 2 chiles serranos o jalapeños (puedes ajustar al gusto)
- 1/4 de cebolla blanca
- 2 dientes de ajo
- 1 ramita de cilantro fresco (opcional, para dar frescura)
- 1 taza de caldo de pollo (o agua)
- 1 cucharada de aceite vegetal
- Sal al gusto
Preparación paso a paso:
- Cocer los ingredientes principales
- En una olla, coloca los tomatillos, los chiles, la cebolla y los ajos.
- Cubre con agua y cocina a fuego medio por 10 minutos, hasta que los tomatillos cambien a un verde opaco.
- Licuar la salsa
- Escurre los ingredientes cocidos y ponlos en la licuadora.
- Agrega el cilantro, 1 taza de caldo de pollo (o agua) y un poco de sal.
- Licúa hasta obtener una salsa homogénea.
- Freír la salsa (técnica esencial mexicana)
- En una sartén grande, calienta el aceite a fuego medio.
- Vierte la salsa licuada y deja que hierva suavemente de 5 a 7 minutos, moviendo ocasionalmente, para que espese un poco y concentre su sabor.
- Probar y ajustar
- Revisa el sazón y agrega más sal si es necesario.
- Si prefieres una salsa más líquida, añade un poco más de caldo.

Tips para que te quede perfecta:
1.- Asa los tomatillos y los chiles en un comal antes de hervirlos, para darles un sabor más intenso y ahumado.
2.- Si no quieres que pique tanto, retira las semillas de los chiles.
3.- Para darle un toque más casero, agrega una pizca de epazote fresco al final.
Los chilaquiles son parte de nuestra identidad, un reflejo del ingenio con el que los mexicanos hemos aprovechado el maíz durante siglos.
Desde las cocinas prehispánicas hasta los restaurantes más modernos, este platillo sigue conquistando corazones y mesas.
A ver… ¡Hasta torta de chilaquiles! ¿Quién ya le entró a eso también?
La próxima vez que disfrutes de unos chilaquiles, recuerda que estás probando siglos de tradición y cultura en cada bocado.
Y si aún no los has preparado en casa, ¡anímate con esta receta y cuéntanos en nuestras redes sociales ( @mexicotravelchannel ) cómo te quedaron!



