Memín Pinguin, el niño que conquistó los corazones de los mexicanos y se volvió un ícono de nuestra cultura

Maggu Jasso / m.jasso@mexicotravelchannel.com.mx

¿Te acuerdas de esas tardes de infancia en que ibas con un cómic bajo el brazo, riéndote de las locuras de un chavito pícaro que siempre metía la pata pero salía adelante mostrando su nobleza y buen corazón?… Estamos hablando de Memín Pinguin, un personaje de historieta que se convirtió en ese amigo travieso que nos enseñó que la vida en el barrio se vive con lealtad, risas y un poquito de rebeldía.

Si eras fan de este personaje, sigue leyendo, pues te vamos a transportar directo a esas páginas llenas de nostalgia y lecciones que aún resuenan en nuestra cultura.

Un personaje ícono de nuestra cultura

Memín Pinguin es sin duda uno de los personajes más entrañables pero también más controvertidos de nuestra cultura. Es protagonista de una serie de cómics creada en 1943 por Yolanda Vargas Dulché, escritora y guionista, y dibujada por Alberto Cabrera (1945-1963) y Sixto Valencia (1963-2016).

En el año 2008, cuando la historieta se encontraba en el número 327, se decidió crear nuevas historias con nuevo dibujo; en 2011 se publicó la edición “Memín Pinguín Regresa”, que se interrumpió en abril del año 2015. Por último, una nueva edición llegó hasta el número 6, en enero del año 2016, siendo su última impresión.

Vargas Dulché se inspiró en personas reales de su vida: el nombre “Memín” viene del diminutivo de Guillermo, apodo de su esposo Guillermo de la Parra (a quien llamaban “pingo” por su travesura, de ahí “Pinguin”), y en amigos de su infancia en la colonia Guerrero, de la Ciudad de México.

Además, tuvo influencias de niños cubanos vistos en sus viajes y consideró la necesidad de un personaje “negrito” simpático en un México con poca representación afro.

Vargas Dulché declaró que la creación de este personaje fue para llenar un vacío en las historietas infantiles mexicanas. Quería retratar la vida real de niños humildes, con humor y valores como amistad y superación, en un contexto de posguerra donde los cómics populares educaban y entretenían a las clases trabajadoras.

¿De qué trataba?

La historia gira en torno a Memín, un niño de origen humilde y piel negra, que vive varias aventuras junto a sus amigos.

Es un niño travieso y de buen corazón que vive en un barrio humilde de la Ciudad de México junto a su madre, Eufrosina, quien trabaja arduamente para mantenerlo.

En la escuela no le va bien por su falta de concentración, aunque es astuto en matemáticas. Memín complementa los ingresos familiares vendiendo periódicos y lustrando zapatos en la calle.

Memín forma parte de una pandilla inseparable con tres amigos leales: Carlangas, un chico rudo pero noble criado por su madre trabajadora tras ser abandonado por su padre rico; Ernestillo, el más inteligente y estudioso del grupo; y Ricardo, otro compañero de travesuras cotidianas.

Juntos viven episodios llenos de humor, peleas callejeras, enredos escolares y desafíos sociales como el racismo y la desigualdad.

Pobreza, abandono y racismo, los temas principales

Cada semana en el puesto de periódicos había una historia nueva de Memín. En general se abordaban temas como la pobreza, el abandono parental, el clasismo, el racismo, la violencia y la delincuencia infantil, siempre con un toque de humor y valores como la amistad, lealtad y la superación.

La pandilla enfrentaba situaciones realistas que eran un reflejo de México a mediados del siglo XX. Memín, como único afromexicano principal, refleja la diversidad marginal, aunque su diseño caricaturesco ha generado debates sobre estereotipos raciales.

La elección de este personaje fue valiente para la época, pues trajo a la luz temas sociales importantes dentro de un contexto cultural predominantemente mestizo, y abrió conversación sobre la diversidad en la sociedad mexicana.

Memín ganó una gran popularidad en su formato de cómic a mediados y finales del siglo XX, convirtiéndose en un ícono reconocible para varias generaciones.

Se publicaron cientos de números a lo largo de los años en los que se abordaban diferentes aspectos de la vida cotidiana, desde las travesuras infantiles hasta temas más profundos como la pobreza, la injusticia y la solidaridad.

Esto hizo que Memín Pinguín trascendiera su papel de simple entretenimiento para convertirse en un símbolo cultural.

Un retrato de la realidad hecha cómic

Aunque no es originalmente una caricatura animada para televisión, Memín ha aparecido en adaptaciones animadas y ha sido parte de la cultura popular en películas, productos y todo tipo de merchandising.

Su recuerdo permanece vigente gracias a estas apariciones y a la nostalgia que genera en quienes crecieron leyéndolo o escuchando sus historias.

Contar con un personaje como Memín Pinguín en la historia del cómic mexicano es un reflejo del poder del arte para retratar realidades complejas con humor y empatía. Para muchos, representa esa niñez llena de sueños y retos, y sigue vigente como parte del imaginario cultural que nos conecta con la diversidad e historia popular de México.

¿Recuerdas las aventuras de Memín Pinguín? ¿Qué significa para ti este personaje?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS HISTORIAS