Los Alebrijes, una artesanía sacada de una pesadilla (¡Conoce su historia detallada!)

Maggu Jasso / m.jasso@mexicotravelchannel.com.mx

Imagina que vas caminando por la calle y de repente te topas con un dragón con alas de mariposa, un gato con cuernos de toro o un elefante volador cubierto de colores.

¡No, no es una pesadilla ni es magia! Son los alebrijes. Criaturas híbridas que nacieron de la creatividad de un artesano llamado Pedro Linares López, quien pasó de ser un cartonero de La Merced a uno de los artistas plásticos más famosos de América Latina.

Pedro Linares y el sueño que lo cambió todo

Todo empezó en 1936 en la Ciudad de México, cuando Pedro Linares, un artesano de cartonería cayó gravemente enfermo y entró en un delirio febril.

Fue a través de un sueño-pesadilla que este artista encontró su inspiración para crear lo que más tarde se volvería una artesanía mexicana: Los Alebrijes.

En su sueño, Pedro, se vio perdido en un bosque extraño donde animales extraños lo perseguían gritando “¡Alebrije! ¡Alebrije!”.

Despertó sudando, pero inspirado. Cuando se sintió mejor de salud pudo crear su primera pieza: un monstruo de cartón con cuernos retorcidos, colmillos afilados y un cuerpo amalgamado de fieras. Recuerdo traído de aquella pesadilla.

Lo pintó con colores chillones porque sintió que así estaría vivo. Linares no lo sabía, pero acababa de fundar una tradición que trascendería generaciones.

El auge de los alebrijes fue tal que se convirtió en una de las artesanías más elaboradas en el país. Dicho fenómeno alcanzó nuevas dimensiones en los años 80, cuando artesanos oaxaqueños intercambiaron la técnica de Linares de cartón por madera de copal.

Los diseños ahora eran más estilizados y elaborados, transformando a los alebrijes en una práctica artesanal que se hereda de generación a generación.

¿Por qué animales? El poder simbólico de las bestias híbridas

Los alebrijes no son figuras humanas ni objetos cotidianos; son principalmente animales fantásticos porque representan la fuerza primal de la naturaleza mexicana, fusionada con la imaginación indígena.

Se cree que también están inspirados en los nahuales (seres que cambian de forma) estos seres híbridos evocan a los tonales aztecas, espíritus animales guardianes del alma.

Un alebrije con cabeza de águila y cuerpo de armadillo simboliza la dualidad: cielo y tierra, fuerza y astucia. No son monstruos terroríficos, sino protectores: se cree que ahuyentan el mal de ojo y traen buena suerte, como amuletos vivientes.

En la cultura mexicana, representan la alegría de la vida. Son un grito contra la muerte y el olvido, conectando con el Día de Muertos, donde se colocan ofrendas para guiar las almas.

Colores explosivos

¿Por qué tan coloridos? ¡Porque la vida en México es un carnaval! Linares usó pinturas acrílicas brillantes (rojos fuego, azules eléctricos, amarillos solares) para que “despertaran el espíritu”.

No era solo estética: los colores vibrantes simbolizan la energía cósmica prehispánica, como los murales de Diego Rivera o los sarapes oaxaqueños. Cada alebrije lleva patrones geométricos inspirados en textiles zapotecas, haciendo de cada pieza una obra de arte viva.

Los mitos giran en torno a su poder chamánico. En Oaxaca, se dice que un alebrije en casa protege de envidias y enfermedades; hay leyendas de quimeras que cobran vida en noches de luna llena para bailar con los nahuales.

Datos curiosos sobre los alebrijes

Aquí te contamos datos que seguramente no sabías de los alebrijes:

  • El alebrije más grande mide 5 metros y está en el Museo de Arte Popular de CDMX.
  • En 2017, fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de Oaxaca.
  • Pixar los inmortalizó en Coco con la escena del Gran Alebrije de Héctor, inspirada en Linares.
  • No todos son “animales”: hay dragones y sirenas, pero el 90% son quimeras zoomorfas.
  • Pedro Linares falleció en 1992 a los 86 años, pero su nieto Luis hereda el taller original.

Los alebrijes encapsulan la identidad mexicana: mezcla de lo indígena, lo colonial y lo surrealista. Son más que artesanía; son puentes a nuestros ancestros, recordándonos que en México, lo fantástico es cotidiano.

¿Y tú, has visto un alebrije que te robe el aliento?

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