Si eres de los viajeros a quienes les gusta estar siempre al borde, con el alpinismo puedes transmutar esa energía en una pasión constructiva. Para practicar turismo de aventura no hace falta ser adolescente.
De acuerdo con los expertos, hasta las personas de 90 años pueden participar de esta experiencia que pone en movimiento músculos que ni siquiera conocías; te ayuda a desarrollar el trabajo en equipo, a forjar el carácter y, por si fuera poco, te da una gran condición física, te mantiene delgado y hasta bronceado. Estamos hablando también de la escalada en roca y el rappel.
Para conocer más de estos deportes en los cuales desaparece cualquier tipo de elitismo, entrevistamos a José María Aguayo Estrada, presidente del Club Alpino Mexicano, organismo que ha sido casa de deportistas destacados en el alpinismo mundial como Karla Wheelock, entre otros.
Nunca es tarde
Si optas por la práctica del alpinismo, la escalada o el rappel, ten en cuenta que existen cursos mediante los cuales en un mes aproximadamente (cuatro horas a la semana de teoría y prácticas el fin de semana) estarás listo para iniciar ascensos y descensos.
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Es importante la preparación antes de enfrentarse a la montaña, pues mediante ésta se trabaja la parte psicológica, se aprende técnica de marcha, orientación, supervivencia, primeros auxilios, campamentos, cómo sortear una tormenta eléctrica, técnica de cruce de ríos, uso de todos los aparatos, destaca Aguayo Estrada.
Los tipos
Gente obesa o delgada; jóvenes de 18 años o personas de hasta de 90 años de edad pueden conquistar una montaña, aunque “sí se aconseja comenzar a los 14 para alta montaña; la media montaña o escalada en roca se puede practicar más joven, de diez o 12 años”.
Hay cuatro áreas principales del alpinismo: media montaña o excursionismo, escalada en roca, alta montaña y escalada en hielo. En ese orden de complejidad. “Las técnicas de escalada en roca y hielo son parecidas, pero es diferente el equipo. Para hielo se utiliza otro tipo de tornillos; en roca se utilizan empotradores; en alta montaña se usan piolets y crampones”, explica Aguayo Estrada.
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Por la parte de la escalada, existen la libre, técnica y artificial. Debe destacarse que “siempre es mejor la escalada artificial, tener un aseguramiento con cuerdas. Hay muchos escaladores con años de práctica y experiencia que lo hacen sin prácticamente nada en grandes paredes, como de 200 o 300 metros, pero son personas con años de subir la montaña, practican casi todo el día y sus músculos están acoplados, tienen mucha fuerza y resistencia en dedos de pies y manos”.
Respecto del rappel, éste se puede definir como el descenso de una cumbre o de algún lugar alto por medio de cuerdas, apoyándose y deslizándose en ellas. Recuerda siempre que el equipo debe estar homologado por la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo u otras dependencias que se dedican a certificar.
Los beneficios
De acuerdo con el presidente del Club Alpino Mexicano, la práctica del alpinismo, escalada o rappel “proporciona salud, lozanía, fuerza; las personas que lo practican siempre estarán bronceadas, es decir, ayuda en todos los aspectos de la vida”.