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Eréndira, la princesa purépecha rebelde

La historia de la princesa Eréndira es una de las más fascinantes que hayamos escuchado, por eso te compartimos cómo esta joven se volvió un icono de la cultura purépecha.

Eréndira fue una noble p’urhépecha —o purépecha— que vivió entre 1503 y 1529, cuando los españoles llegaron al territorio que hoy es conocido como Michoacán. Ella era una adolescente de 16 o 17 años de edad.

Fue hija de Tangáxoan Tzíntzicha, cazonci purépecha —así se designaba a los gobernantes de esta cultura—, quien debió rendirse ante los españoles luego de la caída del la Gran Tenochtitlán en 1521.

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Nace el mito de Eréndira

La historia de la princesa Eréndira aparece por primera vez en el libro Michoacán: paisajes, tradiciones y leyendas, de Eduardo Ruiz, en 1891, obra basada en los relatos de la tradición oral michoacana.

Es probable que contenga información sobre hechos que no necesariamente fueron reales, de acuerdo con expertos. No obstante, hay aspectos destacables, por ejemplo, que Eréndira fue líder de la resistencia purépecha contra los españoles, los cuales eran liderados por Cristóbal de Olid.

Una de sus mayores hazañas fue la de robar un caballo y montarlo mientras recorría los campos de Michoacán; con esto le demostró a su gente que los españoles y los caballos eran seres independientes y, por ende, simples mortales.

El lago Zirahuén

Cuenta la leyenda que un español raptó a Eréndira para llevársela a lo más profundo del bosque y las montañas. Ella no dejaba de llorar y sus lágrimas crearon el hermoso lago de Zirahuén.

Cansada de resistirse del conquistador, se arrojó al lago y los dioses, compadecidos de su lucha, la convirtieron en una hermosa sirena que —se dice— aún nada en aquellas aguas.

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