En un paso trascendental para la preservación del legado cultural y territorial de los pueblos indígenas en México, un nuevo decreto ha sido firmado para reconocer, proteger y salvaguardar sus sitios sagrados. Estos lugares, que representan la relación espiritual y ancestral de las comunidades con la tierra y sus deidades, han sido el centro de un esfuerzo conjunto entre el gobierno mexicano, las autoridades tradicionales, guías espirituales y representantes comunitarios.
La mañana del 9 de agosto de 2023, coincidiendo con el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, un decreto especial fue firmado en un acto simbólico en el marco de esta conmemoración. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, destacó la importancia de esta medida que refleja un compromiso con la justicia y el respeto a la herencia cultural y espiritual de los pueblos indígenas.
Las áreas protegidas por este decreto incluyen lugares emblemáticos como La Isla del Rey en Nayarit, La Isla del Alacrán en Chapala, Jalisco, Cerro Gordo San Bernardino de Milpillas en Durango, Wirikuta en Real de Catorce, San Luis Potosí y Santa Catarina en Jalisco. Estos sitios sagrados son considerados como el «corazón del México profundo y la verdad más íntima de nuestra Patria», según palabras del presidente López Obrador.
Esta acción es una respuesta a una demanda histórica de los pueblos indígenas, que ven en estos sitios sagrados no solo un vínculo espiritual, sino también una expresión de su cultura y una conexión con sus antepasados. El mandatario mexicano hizo un llamado a todos los servidores públicos para cumplir con el decreto y detener cualquier invasión o agresión a estos lugares.
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, destacó la importancia de esta medida al señalar que no se trata solo de preservar lo existente, sino de transmitir a las generaciones más jóvenes la identidad, la lengua y las costumbres que florecen en esta riqueza cultural. Los pueblos indígenas, desde los huicholes y mixes hasta los purépechas y muchos más, constituyen una parte esencial y única de la identidad mexicana, con una historia que se remonta a unos 25 mil años atrás.
La firma de este decreto no solo es un reconocimiento de la importancia de los sitios sagrados, sino también una muestra de respeto y valoración por las culturas y valores de los pueblos indígenas. Es un paso significativo hacia la preservación y resguardo de la riqueza espiritual y cultural que ha sido transmitida de generación en generación a lo largo de la historia de México.