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Tacámbaro, en Michoacán: el Balcón de Tierra Caliente

Podemos decir que Tacámbaro, Pueblo Mágico de Michoacán, prácticamente todo el año goza de excelente temperatura por su privilegiada ubicación, rodeado por montañas y cascadas con impresionantes caídas que seguramente desearás capturar en imágenes. 

Su principal atractivo es la Alberca de Chupio, mejor conocida como la Alberca de Tacámbaro. Los habitantes de este destino aseguran que era el lugar predilecto del rey Tacamba, donde acudía para relajarse. Se trata de una laguna que descansa en el cráter de un volcán dormido desde hace miles de años, con un diámetro de 750 metros

A sólo 55 kilómetros de Pátzcuaro, Tacámbaro pareciera haber quedado congelado en el tiempo. Para descubrir su esencia, hay que recorrer sus callejuelas que descubren las fachadas de sus edificios en blanco con tejas rojizas, que van excelente con la naturaleza que las rodea.  

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Las curiosidades de Tacámbaro

Pero si deseas, puedes iniciar su exploración desde la Plaza Benito Juárez, que resguarda varias joyas arquitectónicas, como la Catedral de San Jerónimo, que destaca por su cúpula de cobre. Este recinto religioso se debe a los frailes agustinos y data del siglo XVI; allí encontrarás un retablo de bronce que representa el trono de Dios.

Uno de los puntos curiosos de Tacámbaro es la Calle de los Escalones, donde se te invita a subir 49 escalones, para que tengas las vistas más increíbles del valle. Cerca del lugar se halla el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, con jardines y fuente que enamoran a todos los visitantes. 

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Pero hay más tesoros en este Pueblo Mágico, como los que guarda el Templo de Fátima, entre los que destacan los vitrales de estilo gótico con las imágenes de las vírgenes refugiadas, provenientes de Polonia, Hungría, Lituania y Cuba. Fueron enviadas hasta ahí para rescatarlas de la destrucción cuando la religión católica era perseguida en esos países.

En su sótano hay una réplica del Santo Sepulcro, una representación del momento cuando Jesucristo estaba orando en el huerto, además de imágenes y óleos del siglo XIX.