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Mocorito, el Pueblo Mágico conocido como la Atenas de Sinaloa

Caminar entre las calles de Mocorito resulta una experiencia gratificante si eres amante de la arquitectura colonial, detallada en más de 80 edificios históricos que llenan de luz, color y vida al primer cuadro de este Pueblo Mágico, el cual también es conocido como la Atenas de Sinaloa, por su florecimiento cultural, artístico y literario en 1900

Durante enero y febrero, este destino parece pertenecer a un cuadro de Van Gogh, por su famoso Laberinto Mágico de los Girasoles, cubierto por estas flores que pueden medir hasta 2 metros de altura, convirtiéndose en uno de los atractivos más populares entre las familias locales y de otras comunidades, que cada año visitan el lugar.

De acuerdo con sus cronistas, fue el primer asentamiento español en el noroeste del país, así que entre sus tesoros más valiosos encontramos el Templo de la Purísima Concepción, edificación concluida en 1594, la cual resguarda más de 14 grabados del siglo XVI que narran el Vía Crucis que sufrió Jesús. 

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El sabor de Mocorito

Para los mocoritenses, la Plazuela de los Tres Grandes resulta un lugar de encuentro familiar y celebración de grandes eventos, pues aquí se rinde homenaje —con esculturas— a Agustina Ramírez, Eustaqui Buelna y Rafael Buelna Tenoriosus, por sus hazañas, valor, amor a su tierra y aportaciones en beneficio de la sociedad.

Pero si se desea explorar más sobre este Pueblo Mágico, hay que hacer un recorrido por su mural Mocorito Ateneo Sinaloense —elaborado con diminutos mosaicos que revelan la historia del municipio—, el cual se levanta en la Plaza Rafael Buelna. Aunque hay un espacio más para adentrarse en su pasado: el Museo de Historia Regional.

Se inauguró en 2004 en la Hacienda de Nuestra Señora de las Angustias, en la Casa de los Portales. Su colección está compuesta por donaciones de sus propios habitantes, así que se exhiben documentos originales, vestigios arqueológicos, fotos antiguas, piezas realizadas con hueso de mamut, instrumentos musicales como tamboras, periódicos viejos, muebles del Porfiriato y armas de la Revolución Mexicana.

Mientras se exploran sus calles y plazas, se percibe un aroma muy característico de este destino: el famoso Mocorito o chilorio, uno de sus principales platillos típicos. Si deseas conocer el proceso de elaboración, sólo debes acudir a la fábrica de Napo, donde aprenderás todo sobre este guiso de carne de cerdo, ají, ajo y diferentes especies.