Cuando pensamos en brujas nos viene a la cabeza una anciana, con nariz ganchuda, sombrero negro puntiagudo que va volando en una escoba, pero, sabías que en México hay brujas que son mucho más aterradoras que las que acabo de describir.
Pues las abuelas cuentan que cuando cae la noche sobre los campos, la gente corre presurosa a encerrarse, alumbrarse con lámparas de petróleo y encomendarse a Dios para que el horror pase pronto. Las madres de bebés de escasos meses eran las más preocupadas pues las brujas buscaban la sangre de sus pequeños, en especial, aquellos que no estaban bautizados.
Por eso para defenderse de las brujas, protegían a sus críos con tijeras en forma de cruz, listones, figuras religiosas y agua bendita.
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Historias de brujas se cuentan a lo largo y ancho de la república mexicana, incluso en la enorme CDMX se contaron estos relatos, aunque claro esto sucedió antes de los 70 cuando la ciudad aún conservaba prados, ríos, montañas despobladas y sembradíos
Muchas veces se contaron de que las brujas se presentaban como impactantes bolas de fuego que saltaban cruzando los cerros en búsqueda de alguna presa: Hombres borrachos que caminaban por los montes después de la parranda, algún viajero extraviado o su alimento preferido : la tierna sangre de niños recién nacidos.
Para tomar su horrible forma y salir volando, las brujas se transformaban mediante ritos satánicos se desprendían de brazos y piernas que ponían cerca del fuego para mantenerlas calientes, después se ponían las alas y patas de aves de corral, especialmente un guajolote, su boca se transformaba en un pico con una larga y muy delgada lengua con la que podían succionar la sangre, posteriormente se iban hasta lo alto de algún cerro donde saltaban para prenderse en llamas y emprender su vuelo.
Cualquiera podía ser una bruja, pero eran más señaladas las mujeres solas, alejadas y sobre todo aquellas que tenían oficios de parteras, curanderas o hierberas.
Leyendas de brujas se cuentan alrededor del mundo, sobre todo en México que es una tierra surrealista y mágica.