A finales de la década de los 50 la Ciudad de México se estremeció cuando dieron a conocer un sorprendente caso que impresionó a la conservadora sociedad mexicana. Se trataba de que una familia que vivió recluida en una casa conocida como La Casa de los Macetones y que permaneció alejada del mundo exterior por más de 15 años.
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El responsable de tal atrocidad fue Rafael Pérez Hernández un hombre originario de Jalisco, que sufrió un accidente en el que perdió un brazo. Este evento hizo que se llenara de rencor y odio contra el mundo y las personas.
Rafael Pérez se casó con la joven y hermosa Sonia Rosa María Noé con quien tuvo 6 hijos: Indómita, Libre, Soberano, Triunfador, Bienvivir y Librepensamiento – sí, esos eran sus nombres- , debido a el trauma que aún conservaba, decidió «resolver» la vida de su familia confinándolos a las paredes de la “Casa de los macetones” que se ubicaba en la avenida Insurgentes Norte esquina con Godard.
La inusual familia se sostenía con la venta de raticidas y demás sustancias que ellos mismos fabricaban en un insalubre taller instalado en su casa y que Rafael vendía a tiendas y comercio. Debido a las condiciones infrahumanas en las que se encontraban, el matrimonio se enfrentó a la pérdida por envenenamiento a dos bebés de pocos meses de nacidos. Se rumoraba que el propio Rafael experimentó con uno de ellos la eficacia de un nuevo veneno.
La visión retorcida de Rafael, alimentada por su desprecio al mundo era la de mantener a su gente lejos de la corrupción, maldad y vicios del mundo exterior, así que los tenía total y completamente aislados sin recibir ninguna visita ni mucho menos salir a las calles – lo cual lo tenían estrictamente prohibido- ; llevaban una dieta deficiente basada en agua, frijoles y avena que los mantenía al borde de la desnutrición. Rafael era toda la autoridad: duro, despiadado, cruel e incuestionable que a la menor muestra desobediencia o rebeldía golpeaba a sus hijos y los encerraba por días en un pequeño cuarto donde los privaba de alimento durante días.
Sus hijos mayores estaban entrando a la adolescencia y debido al instinto y despertar sexual combinado con el aislamiento culminaron en una relación incestuosa. Pero Rafael jamás siguió los valores que predicaba e imponía a su esposa e hijos, pues él disfrutaba de comer en restaurantes y sobre todo contratar los servicios de prostitutas.
Un buen día, la valentía se apoderó de su hija mayor Indómita, que haciendo honor a su nombre, se subió al árbol más alto de la casa y desde ahí arrojó varias notas en las que pedía auxilio. Tuvo que intentar hasta tres veces hasta que el papel fue encontrado. El 25 de julio de 1959 detuvieron a Rafael quien negó todo de lo que se le acusaba, argumentando que su propia familia quería robarle todo el dinero que había conseguido trabajando, lo cual fue desmentido por su esposa e hijos. Fue trasladado a la famosa prisión de Lecumberri donde para sorpresa de muchos, era visitado frecuentemente por su maltratada familia, quienes aún le tenían mucho respeto y eran tan dependientes y frágiles que no sabían como sobrevivir. Finalmente Rafael no pudo más con sus culpas y se suicidó en su celda en el año de 1972.
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El caso de La Casa de los Macetones fue la inspiración de la novela “La carcajada del gato “ de Luis Spota. El cine adapto el caso con la película “El castillo de la pureza” dirigida por Arturo Ripstein la cual fue muy galardonada, varios décadas más tarde, en 2009 en Grecia se estrena “Kynodóntas” dirigida por Giorgos Lanthimos con una temática bastante similar.