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Mariposas Monarca: se acercan las almas de los muertos

Cuentan las leyendas prehispánicas que las mariposas Monarca son las almas de los muertos, pero también el espíritu incansable de los bosques. Idílicas historias que han trascendido entre los pueblos originarios de Michoacán y del Estado de México, donde sus santuarios cada año reciben a estos insectos migratorios, que curiosamente coinciden con las fechas en que celebramos Día de Muertos.

Las narraciones que comparten los pueblos indígenas nos hacen viajar a su pasado ancestral, cuando los aztecas las llamaban Quetzalpapalotl, mariposas sagradas, incluso se asociaban con Xochiquetzal la Diosa de la belleza, las flores, el amor, a quien se representaba dotada de extrema hermosura, que dejaba al descubierto un par de alas de su espalda, para simbolizar esta relación.   

Pero dentro de las culturas prehispánicas no eran los únicos que mostraban fascinación por las mariposas Monarca. El viaje de estas colonias a tierras mesoamericanas era respetado por los zapotecas, teotihuacanas, mixtecas y toltecas, que también rendían un culto especial por su llegada.  

Sin embargo, algunos historiadores aseguran que la relación de las almas de los difuntos convertidas en mariposas Monarca surge hasta el XIX, cuando se comenzó a celebrar el Día de Muertos bajo las características que conocemos en la actualidad. 

Así que cada 1 y 2 de noviembre las comunidades mazahuas del Estado de México y Michoacán, se suman a las creencias de los purépechas, que se ubican en la zona lacustre de este segundo estado, para rendir homenaje a las mariposas Monarca con copal y cera, porque se consideran deidades, pero también representan los espíritus de sus antepasados.

El vuelo de las mariposas monarcas

Para que podamos ser testigos de este fenómeno migratorio, las mariposas Monarca se aventuran a través de un recorrido de 4 mil 500 km aproximadamente, que comienzan en Canadá, atraviesan Estados Unidos hasta llegar a México donde hibernan. 

A diferencia de las culturas prehispánicas, los científicos les dan el nombre de Danaus Plexippus, que en griego significa «transformación somnolienta», para hacer alusión a esta capacidad que tiene el insecto de pasar de oruga a mariposa. 

En nuestro país, las colonias de estos insectos hallan el clima ideal para pasar el invierno y precisamente su refugio lo encuentran en los bosques de oyamel de Michoacán y el Estado de México, donde se ubican los santuarios que conforman la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca. 

Un hermoso fenómeno natural que desde 2008 es considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; el cual registró durante la temporada 2019-2020, 11 colonias de mariposas Monarca que ocuparon 2.82 hectáreas de superficie forestal.

Datos que muestran la importancia de conservar esta área, que cada año se convierte en su hogar y que tiene como guardianes a los pueblos originarios, quienes reciben a las mariposas Monarca para recordar que simbólicamente nos visitan nuestros ancestros, que por cierto están por llegar esta próxima Noche de Muertos. 

Con información de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), World Wildlife Fund México (WWF) y Milenio