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Tizimín: el pueblo donde reina la calma

Si de lugares llenos de tranquilidad hablamos, Tizimín se lleva la medalla de oro. Ubicado en el estado de Yucatán, es un destino favorito de turistas por su belleza, calidez y quietud.

Y es que desde que llegas, lo que más puedes percibir en este lugar es paz, por lo tanto aquí podrás decirle adiós al estrés. ¿Suena bien, no?

A sólo 200 kilómetros al oeste de Cancún y 42 al sur del puerto Río Lagartos, Tizimín se ha ganado el lugar de un pueblo en el que reina la serenidad, entre casas tapizadas de vegetación que le dan un toque de misterio: como si el tiempo se hubiera detenido.

Tizimín y el animal sagrado

Este poblado, cuyo nombre significa “tapir” —animal sagrado para los mayas—, tuvo su origen en 1544, cuando sacerdotes franciscanos hallaron en sus tierras fértiles la opción idónea para la ganadería y los aserraderos, sobre todo durante la temporada de lluvias, de junio a octubre.

Tizimín es una buena zona para explotar madera, como cedro, jabín, tzalam o zapote. También hay salineras cerca, siendo una de las más famosas Las Coloradas.

¿Qué lugares conocer en Tizimín?

Existen tres sitios imperdibles que debes conocer en esta apacible región:

1. Templo y Exconvento de los Santos Reyes

Recorrer el centro de Tizimín, con majestuosas edificaciones como el Templo y Exconvento de los Santos Reyes, te hará viajar a tiempos remotos y deleitará todos tus sentidos.

Su arquitectura renacentista la convierte un sitio obligado para quienes visitan este lugar. Además, serás testigo de la ferviente devoción que los habitantes tienen a las estatuas de los Tres Reyes Magos.

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2. Cenote Kikil

Uno de los secretos más bellos de Tizimín es el parador turístico Cenote Kikil, considerado la puerta de entrada a la Biosfera de Río Lagartos, famosa por su población de millares de flamencos que llegan aquí de mayo a septiembre.

Las tonalidades de verde y azul que se mezclan en las aguas del Cenote Kikil, te hipnotizarán. Con más de 50 metros de profundidad, este cenote es de tipo abierto y de los pocos en México que se conservan casi intactos.

Alrededor de este cenote hay hamacas para que puedas disfrutar del delicioso clima; incluso, existe la posibilidad de que rentes alguna cabaña para quedarte admirando la belleza de este lugar ancestral.

3. Zona Arqueológica de Kulubá

Ubicado a 35 kilómetros al sureste de Tizimín, la Zona Arqueológica de Kulubá tiene una antigüedad aproximada de mil años y es uno de los pocos sitios arqueológicos en esta región que se conserva prácticamente intacto.

Este complejo arqueológico maya, cuyo significado en español es “Agua del perro salvaje kulú”, fue influido fuertemente por las regiones de Puc y Chichén Itzá, misma que se nota en las 400 estructuras que lo conforman.

Una de las zonas más impresionantes de este sitio es su Plaza Central compuesta por 12 estructuras que contienen las pirámides más altas del lugar.

Los paisajes naturales de cenotes y rejolladas —bóveda de un cenote— de este territorio influyeron en las decoraciones manifestadas en estos vestigios, una importante relación de la cosmogonía maya y la naturaleza.

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Estómago lleno… Tizimín contento

Prácticamente es imposible quedarte con el estómago vacío en Tizimín, pues sus deliciosos platillos como queso relleno, salbutes, panuchos o pipián de venado, harán que se te haga agua la boca y no te puedas resistir.

Y de postre: una rica yuca con miel o calabaza melada. Sin duda, este viaje quedará para siempre en tu memoria… ¡y en tu estómago!