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La historia de la famosa Casa de los Azulejos

La Casa de los Azulejos se mira de inmediato si caminas por el Centro Histórico de la CDMX, específicamente en la calle de Madero. Seguramente habrás notado un edificio que destaca por los demás por su colorida y hermosa fachada, se trata precisamente de este inmueble llamado también Sanborns de los Azulejos. Te contamos más de este icónico lugar.

La Casa de los Azulejos es una construcción muy antigua, data de la época del Virreinato. Su arquitectura y decoración son una mezcla entre el barroco y las artesanías poblanas, por eso es tan única y especial.

¿Por qué Casa de los Azulejos?

Cuentan que el inmueble en 1662 perteneció a don Antonio Urrutia de Vergara, quien tenía un hijo que era muy fiestero, desobligado y que nunca hacía nada de provecho, a lo que su padre siempre le decía: «Hijo, tú nunca irás lejos, ni harás Casa de Azulejos».

Así, un buen día el muchacho decidió corregirse y pensar más en su futuro; tomándose literalmente las palabras de su padre, decidió tapizar las fachadas de los más bellos azulejos de talavera poblana.

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Otra versión cuenta que el edifico se fue deteriorando y la dueña, doña Graciana Suárez de Peredo, Condesa del Valle de Orizaba, al enviudar y después de vivir una temporada en Puebla, remodeló el inmueble con los azulejos tradicionales poblanos de talavera.

Durante el Porfiriato, La Casa de los Azulejos se convirtió en punto de reunión de la élite de la época; se convirtió en el primer Jockey Club de México, posteriormente se volvió un café y fue adquirido por el grupo Sanborns Hermanos. Fue entonces cuando tomó la identidad que le conocemos en la actualidad.

Dirección: Av Francisco I. Madero 4, Centro Histórico de la CDMX.