Como experta o experto en selfies, seguramente ya te tomaste alguna de esta fotos fuera del Museo Soumaya en Polanco, o en las “Alas de México” en avenida Reforma, del escultor Jorge Marín. Pues ahora te damos otras opciones para ampliar tu repertorio y llenar con más orgullo tus redes sociales.
Se rata de lugares que de por sí son postales por casi cualquier ángulo que las mires. Y si las engrandeces con tu presencia, qué mejor. Por eso, en cuanto las condiciones actuales lo permitan, prepara maletas y tu celular, o tu cámara digital o réflex (si prefieres lo retro) y lánzate de Norte a Sur en busca de la selfie perdida.
Cuevas de hielo Mendenhall
En Juneau, en Alaska, se encuentra un glaciar de 12 kilómetros de extensión llamado Mendenhall, el cual, por el calentamiento global —ironías de la vida— esta mostrando cada vez más cavidades internas conocidas por sus extravagantes e intrincadas formas, así como por sus tonalidades azul turquesa.
El viaje para llegar a esta zona del sudeste de Alaska es arduo, pero bien vale la pena. No te arrepentirás de atravesar un tramo en kayak, otro de caminata, una escalada en hielo, y ¡listo!.
Sólo una recomendación: la erosión que te mencionamos podría ser el origen de un desplome de las cavernas. Por eso entra con mucho cuidado y, de preferencia, en compañía de un experto (quien también podría tomarte la selfie).
Trolltunga
En la pequeña localidad de Odda, en el municipio de Ullensvang, en Noruega, hay una incomparable formación rocosa originada nada menos que durante sucesivas glaciaciones, durante las cuales se congeló una parte considerable de la montaña.
Ya en la Edad de Hielo que le tocó a los antiguos humanos, se rompió esta formación generando así los maravillosos contornos, formas y texturas que puedes ver en la actualidad. Una oportunidad de selfie única.
Cañón del Antílope
Al norte de Arizona, Estado Unidos, específicamente en la ciudad de Page, se halla el espectacular Cañón Antílope. Ya es bastante selfiado, pero lo intrincado y caprichoso de sus pliegues rocosos te permitirán encontrar siempre una foto única.
Hay tramos en que la estrechez de sus paredes forma ángulos singulares con la luz, lo que a su vez te permitirá, dependiendo de la hora del día, obtener contrastes o juegos lumínicos que no podrías obtener en otro lugar de selfies. Un verdadero imperdible.
Puente de Brooklyn
Otra gran selfie clásica en suelo estadunidense. Inmortalizado en fotografías, diseños, películas y, por supuesto, selfies, este icono de la época moderna de Occidente es la antesala de otro gran objeto de deseo para muchos viajeros: Nueva York.
Construido entre 1870 y 1883 y concebido en la mente del ingeniero John Augustus Roebling, esta fortaleza voladora une los distritos de Manhattan y de Brooklyn. Una selfie para enmarcar.
Cinque Terre
La luz no es la única variante que hace de tus selfies un objeto de deseo. También el color, como lo podrás comprobar con tu selfie de este paraíso italiano; así tu toma será más parecida a una pintura que a una foto.
si viajas en compañía, una selfie romántica es la forma ideal de festejar las coloridas terrazas y sus calles llenas de tradiciones de Cinque Terre. Otra selfie para enmarcar o reproducir en tus clases de pintura.
Fuerte de Chittorgarh
Esta edificación localizada en India es toda una maravilla. El Fuerte Chittorgarh se ubica en el estado de Rajastán, en el área izquierda del río Berach. Es el fuerte más grande del país —y eso es mucho decir en estas tierras— y se alza 180 metros sobre una hermosa colina. Este fuerte está colmado de palacios, puertas, templos y dos torres prominentes.
Edificado en el siglo VII por el imperio Maurya, te dará un momento de nirvana cuando tomes la selfie cualquiera de sus ángulos.
Cataratas Victoria
Finalizamos esta ruta de selfies en la cuna del ser humano: África. Concretamente en Zimbabue, las cataratas Victoria son el doble de alto que las famosas cataratas del Niágara, en Canadá.
Si no padeces vértigo y reúnes el valor suficiente, la mejor selfie que puedas tomar del lugar será trepada o trepado al columpio sobre el abismo. Si te animas y quieres más emoción, también hay un bungee. Justo en el borde de las caídas de agua, puedes tomar otra selfie en llamada Piscina del Diablo, una formación natural donde las barreras de roca forman un remolino. Selfie con emoción ininterrumpida.
