La famosa Cascada de Basaseachi desciende justamente la Barranca de Candameña, dos regalos de la naturaleza que inevitablemente provocan la expresión: ¡Ay Chihuahua! Estado que siempre nos sorprende con paisajes impresionantes, que retan a todos aquellos de espíritu aventurero.
La profundidad máxima de la barranca es de mil 750 metros, mayor a la Barranca del Cobre, incluso al Gran Cañón del Colorado. Su geografía accidentada nos muestra un rostro particularmente vertical y muy quebrado, volviéndola espectacular, sobre todo al descubrir sus tesoros resguardados, como el río de Candameña, que corre en su interior.
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Bondades de Barranca de Candameña
A la vista un hermoso velo de novia desciende entre sus paredes rocosas, es la Cascada de Basaseachi, con una caída de 246 metros, sin embargo, no es el único paraje que posee. Durante la década de 1990, el Grupo de Espeleología de Ciudad Cuauhtémoc (GEC) documentó varios hallazgos como la Peña del Gigante.
Barranca de Candameña desde Mirador La Corona, en el PN Cascada de Bassaseachic, #Chihuahua. #PasiónPorLaConservación pic.twitter.com/52wTN7R8VI
— CONANP (@CONANP_mx) April 28, 2017
Uno más fue la temporal Cascada de Piedra Volada, con un salto libre de 453 metros, para ser considerada la más alta de México y entre las más grandes del mundo. Es en otoño cuando se aprecia imponente, con un caudal al máximo. Además ofrece uno de los miradores más impresionantes de la Sierra Tarahumara.
Cabe destacar, que todo este descubrimiento fue dentro de los límites del Parque Nacional Basaseachi, así que se trata de un área protegida. Quien ha llegado a escalar o descender a rappel por las paredes de la Barranca de Candameña, aseguran que se trata de una experiencia que se queda tatuada en el alma, para ser imborrable.