La gastronomía es una de las manifestaciones culturales más atractivas de Tlaxcala, y una de sus delicias culinarias son sin duda los tlaxcales.
Estos panes dulces se elaboran con una masa de maíz y azúcar; su nombre deriva del náhuatl tlaxcalli, que significa «tortilla o pan de maíz», similar al nombre del segundo estado más pequeño del país —en cuanto a extensión geográfica, no así en su riqueza cultural—.
Esta delicia tlaxcalteca suele ser redonda o triangular. Al igual que en muchas culturas de México, el maíz es una fuente importante de la alimentación gracias a su gran aporte nutricional. Tlaxcala no podía ser la excepción; cuando el elote pierde su frescura, se desgrana para elaborar la masa de los tlaxcales.
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¿Cómo se preparan los tlaxcales?
La masa se endulza con azúcar y básicamente existen dos recetas para preparar los tlaxcales: a partir de maíz fresco y con la mazorca. Los ingredientes adicionales son canela, piloncillo, mantequilla, agua, leche, ralladura de naranja, manteca, royal, huevo e incluso mermelada.
Para elaborarlos de forma tradicional, el maíz debe molerse en metate hasta obtener la harina fina a la que se le añaden los demás ingredientes. Finalmente, se forman las gorditas de forma circular o triangular, las cuales no deben rebasar el centímetro de grosor para que su cocción sea perfecta.
Los tlaxcales deben cocerse en comal de barro y sobre la leña para que adquieran su peculiar sabor; suelen venderse en estados como Hidalgo y Puebla y s utilizan en ofrendas y altares de muertos. La única constante es son deliciosos si se acompañan con un chocolate caliente o un café de olla.
El origen de los tlaxcales es la cultura chichimeca, que residió en el estado de Tlaxcala hace aproximadamente 800 años.
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