En nuestro hermoso país, todas las tortugas marinas tienen un programa de protección y conservación. Se han establecido regulaciones y leyes para garantizar su preservación y se han creado áreas naturales para su cuidado. ¡Y no es para menos! Todas las especies de tortugas marinas están en peligro de extinción, así que es vital asegurarnos de su supervivencia.
La NOM-059-SEMARNAT-2010 es la norma que protege a estas preciosidades marinas. De las siete especies existentes en el mundo, seis pueden ser observadas en aguas mexicanas. La única excepción es la tortuga Kikila, endémica de Australia.
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Ahora, déjame platicarte un poco sobre cada una de estas especies maravillosas para que puedas conocerlas mejor:
Comencemos con la Tortuga Verde/Negra del Pacífico, también conocida como Chelonia mydas. Esta especie presenta una amplia variación de coloración, desde casi blanco jaspeado hasta negro. Su cabeza y aletas dorsales tienen un color verde olivo, aunque también pueden ser de tonalidades gris oscuro o negro. Son herbívoras y su dieta se basa principalmente en pastos marinos y algas, aunque ocasionalmente se deleitan con medusas y otros animales marinos. En México, se monitorean en playas del Golfo y el Caribe, como Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. ¡Son toda una belleza marina!
La Tortuga Lora, o Lepydochelys kempii, es una especie altamente amenazada y su distribución está muy restringida. ¡El 90% de su anidación ocurre en la playa de Rancho Nuevo, en Tamaulipas! Fue declarada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. México y Estados Unidos se unieron en un programa binacional para su conservación y recuperación. La Lora y su congénere, la Tortuga Golfina, son las más pequeñas de todas las tortugas marinas. Tienen un ciclo de vida fascinante que se desarrolla en el Golfo de México y el sureste de Estados Unidos.
Hablemos ahora de la Tortuga Golfina, Lepidochelys olivacea. Es considerada la especie de tortuga marina más abundante en la actualidad. Su éxito se debe a las enormes agregaciones de hembras anidantes que se encuentran en algunos sitios de México. Se distribuyen en toda la costa del Pacífico, pero sus mayores áreas de concentración de anidación se encuentran en el estado de Oaxaca. ¡Son toda una celebridad marina!
La Tortuga Caguama, o Caretta caretta, es una especie altamente migratoria. Sus distintas etapas de vida ocupan hábitats diversos, desde aguas oceánicas hasta neríticas. Aunque en el pasado fue abundante en las aguas que rodean la península de Baja California, su población ha disminuido. Se caracteriza por tener una cabeza grande y triangular, y su coloración dorsal es café rojizo. Son carnívoras y se alimentan principalmente de moluscos grandes. Su pico fuerte y mandíbulas robustas les permiten triturar las conchas con facilidad. Durante sus primeros años, se alimentan de pequeños invertebrados que encuentran en las zonas de convergencia de corrientes en mar abierto. ¡Son unas depredadoras increíbles!
La Tortuga Carey, o Eretmochelys imbricata, es una de las especies más vulnerables del mundo. Su distribución abarca los mares tropicales y subtropicales de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Se distingue por tener dos pares de escamas prefrontales y su cráneo largo y angosto. Al nacer, su caparazón es de color marrón caoba oscuro, pero a medida que crecen, desarrollan un hermoso patrón de rayos en amarillo, negro, canela y marrón en cada escudo. Las tortugas Carey tienen comportamientos migratorios y recorren distancias largas en busca de hábitats de desarrollo, alimentación y anidación. Tienen un crecimiento lento y alcanzan la madurez sexual entre los 16 y 20 años. ¡Son verdaderas joyas marinas!
Por último, pero no menos importante, está la majestuosa Tortuga Laúd, o Dermochelys coriacea. Es la más grande de todas las tortugas marinas y una de las más misteriosas. En México, se encuentran a lo largo de la costa del Pacífico, especialmente en los estados de Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Su caparazón está cubierto por una piel suave de textura coriácea, de color negro moteado de blanco. Su cabeza presenta una mancha rosa distintiva, que puede ser utilizada para su identificación. Aunque es poco conocida, se sabe que es una especie oceánica que puede llegar a medir hasta 178 cm de largo y pesar hasta 500 kg. ¡Son gigantes marinos asombrosos!
En México estamos comprometidos con la protección y conservación de todas las especies de tortugas marinas. A través de leyes y regulaciones, se han establecido medidas para asegurar su supervivencia. Cada una de estas especies tiene características únicas y enfrenta desafíos particulares, pero juntos estamos trabajando para garantizar su existencia en nuestros mares. Así que la próxima vez que visites una playa mexicana, mantén los ojos bien abiertos, ¡quién sabe si tendrás la suerte de presenciar el majestuoso espectáculo de una tortuga marina en su hábitat natural!
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