Así como hay peleas de perros, que además de ilegales son inhumanas, si viajas a Asia podrías encontrar lugares donde te ofrecen peleas de orangutanes o de otro tipo de especies. Y aunque paciera un acto legal y más “bondadoso”, montar elefantes es también una práctica que tiene ya poco de honesto. Ahora te explicamos por qué.
Si bien el hecho de montar un elefante es un acto pacífico y que prácticamente pasaría inadvertido —por tu peso— para el paquidermo, en países como Camboya o Tailandia se está cuestionando este atractivo turístico, sobre todo por el trato al que son sometidos los elefantes por parte de quienes ofrecen el “servicio”.
Para empezar, el elefante asiático es una especie en peligro de extinción. En segundo lugar, sobre todo en Tailandia, se domestica o entrena a un elefante con una técnica denominada pajaan, que se traduce como“romperle el alma” al animal.
De acuerdo con el diario La Vanguardia, la primera etapa de esta práctica consiste en separar a la cría de su madre, luego es encerrada en una jaula pequeña durante días, sin comida ni agua. Una vez que el elefante está en condiciones precarias, es torturado en forma brutal y montado a la fuerza, tantas veces hasta que se somete a su “entrenador”.
Por esa razón, te recomendamos que antes de viajar a un destino del sudeste de Asia, investigues sobre las costumbres del lugar al que viajarás, sobre todo en relación con los animales. Recuerda que hay muchas especies que son consideradas, por varias religiones, como sagradas o como encarnaciones de dioses.
En este caso, en el sudoeste asiático puedes montar elefantes, pero mucha gente de esas regiones se opone a esa costumbre debido al sufrimiento que les infringen las personas que lucran con ellos.
Las alternativas
Para algunos expertos en viajes, los santuarios de animales son una excelente opción para visitar a los elefantes, en vez de montarlos. Una de las actividades en estos sitios es precisamente caminar junto con ellos, alimentarlos directamente con frutas o bañarlos.
Pero… también se recomienda que verifiques la reputación y certificación del santuario al que decidas viajar, pues también algunos de estos sitios podrían ser un “camuflaje” de negocios en los que se sigue maltratando animales o los drogan para que sean inofensivos.
En el norte de Tailandia, uno de los santuarios que cuenta con mejor reputación es Elephant Nature Park, según La Vanguardia. Precisamente este lugar rescata elefantes esclavizados, torturados y traumatizados, la mayoría provenientes de la industria del turismo local. Lek Chailert fundó este lugar que cura y cuida a los elefantes, los cuales permanecen en semi libertad para que no vuelvan a ser atrapados.
Lo mejor es siempre admirar a los animales en su hábitat natural, en reservaciones donde se se mueven en total libertad y sin ningún tipo de restricción. Recuerda que nosotros, como viajeros, somos los intrusos en sus tierras y dominios, y deberíamos “solicitarles permiso” para poder acercarnos y convivir con ellos.
De ser cierta la leyenda de los tres reyes y de ser cierto que uno de ellos fuera transportado en un elefante, lo más probable es que haya sido Elephas maximus, el elefante asiático. En la imagen elefantes asiáticos de Sri Lanka. Obtenida de Wikipedia. pic.twitter.com/qkEE8kihMq
— IEcologiaUNAM (@IEcologiaUNAM) January 7, 2019