El lago de los Cuatro Cantones, también conocido como el lago de Lucerna, se considera como la puerta de entrada a los Alpes suizos. Destino para explorar a través de grandes navieras, mismas que se adentran entre ciudades medievales, pistas de esquí y entre las inagotables leyendas de su máximo personaje: Guillermo Tell.
Su superficie de agua tiene un total de 114 kilómetros cuadrados, una altura de 434 metros sobre el nivel del mar y una profundidad máxima de 214 metros. Es precisamente en su fondo donde acaban de hallar una aldea prehistórica, que demuestra que la zona contó con asentamientos más antiguos de lo que se pensaba.
Sin embargo, su historia comienza mucho tiempo después de la edad de bronce, incluso se dice que alrededor del lago de Lucerna están las raíces de la Confederación Helvética, oficialmente conocida como Confederación Suiza, que se compone por 26 cantones -estados-.
Justamente se llama lago de los Cuatro Cantones porque se refiere a la unión de los cantones de Uri, Schwyz, Lucerna y Unterwalden, mismos que se conectan a bordo de un barco de vapor, el medio más romántico para recorrer su superficie y adentrarse a descubrir cada uno de estos destinos.
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Lago de Lucerna, Suiza 💯
— Lugares Wow (@lugareswow) July 26, 2020
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¿Qué hacer en el lago de Lucerna?
Naves que surcan sus aguas que cambian de color, de acuerdo al punto desde donde se observan, así que al mirar en cubierta seguro se visualiza un exquisito azul marino, que cambia a un verde esmeralda cuando se tiene vista del lago sobre tierra, incluso desde el teleférico del monte Pilatus -2 mil 132 metros de altura-.
Una parada intermedia recomendable es Fräkmüntegg, para deslizarse por el tobogán más largo de Suiza -1,4 kilómetros- Desde aquí la siguiente parada es otro de los impresionantes montes de este lugar, conocido como Stanserhorn, que dispone de un funicular vintage, el cual conduce hasta el restaurante giratorio de su cima, una de las mejores panorámicas.
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Sin embargo, algunas opiniones se inclinan por el monte Bürgenstock -mil 127 metros-, desde donde dicen se obtienen las mejores vistas del lago de Lucerna, que al recorrerlo por la orilla meridional se alcanza la localidad de Emmetten, donde se han diseñado diferente rutas ciclistas, con diferentes grados de dificultad.
Pero, sin duda, la parada más emblemática del lago de Lucerna es la ciudad que lleva este mismo nombre: Lucerna, donde aún se mantiene de pie el famoso puente de madera, que se cruza de orilla a orilla desde el siglo XIV, con su torre de piedra central, el cual es el emblema de esta ciudad medieval.
