El sake trascendió las fronteras de Japón y se instaló en México para dar paso a Nami, la primera de estas bebidas con calidad premium elaborada en Culiacán (Sinaloa), que comparte la milenaria tradición japonesa con el amor y el toque mexicanos.
Esta marca nació en 2016, a partir de la pasión por la cultura japonesa y el compromiso de promover el talento de Culiacán ante los ojos del mundo.
Nami conjuga el legado espirituoso de Japón con el de México, y reinterpreta la perfección de Asia con la pasión y alegría de América Latina.
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Nami significa en japonés «ola de mar» y conjuga en su logotipo el kanji que expresa esta palabra y una vírgula, símbolo prehispánico empleado para representar la palabra y las ideas.
El sake sinaloense es obra de Yamada-San, maestro sakero encargado de darle personalidad a Nami, retomando los métodos tradicionales y empleando arroz Yamada-nishiki, marca premium especial para elaborar esta bebida milenaria.
En estas técnicas niponas cabe muy bien el corazón mexicano, pues se cree que quienes ingresan al cuarto donde reposa el arroz por tres días, deben asegurarse de estar en paz, de buen humor, con pensamientos y palabras positivas. En caso contrario, el arroz podría absorber energías negativas y su sabor se modificaría.
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¿Qué es el sake?
El sake es una bebida alcohólica tradicional de Japón que posee una identidad fuerte, se elabora con arroz fermentado y suele utilizarse como aperitivo o como maridaje de una gran variedad de platillos.
De acuerdo con Larousse Cocina, el sake contiene un índice de 14 o 15º de alcohol. El proceso de elaboración consiste en cocer los granos al vapor y sembrarlos con esporas específicas. Tras trasegarlo, filtrarlo y envejecer la barrica, el sake obtiene una consistencia incolora y dulce, con pequeños toques amargos.
El sake está fuertemente ligado a las tradiciones religiosas del Imperio del Sol Naciente y existen diversos tipos: el mirin, usado principalmente en la cocina; el toso, empleado ocasionalmente para celebrar el Año Nuevo, y el seishu, que se exporta a Occidente.
Suele beberse tibio o caliente, en pequeños cubiletes y se emplea comúnmente para la preparación de mariscos.