Dentro de los códices aparece la figura de los Centzon totochtin, que son los 400 conejos o deidades que representaban el estado de embriaguez, así que antiguamente se creía que aquellos hombres que se pasaban de tragos, eran poseídos por alguna de estos personajes, para vivir una transición o llegar al sacrificio.
De acuerdo con los ancestros, cada Centzon totochtin representaba un tipo de borracho, pero para entender este concepto dentro de la cosmogonía prehispánica, hay que conocer la historia de Mayahuel, quien era su madre. Cuenta la leyenda que ella era una estrella que escapó con Quetzalcóatl a la Tierra.
Para no ser encontrados por su abuela Tzitzimitl, se fusionaron en un árbol de dos ramas, pero terminó por encontrarlos. Tal era su enojo, que arrancó la rama de su nieta quitándole la vida. La serpiente emplumada tomó sus restos y los enterró, hecho que aprovechó el señor de la raíz, Petécatl, padre de las deidades del pulque.
De esta unión surgió de la tierra el maguey -la Diosa Mayahuel-, pero también nacieron los 400 conejos, sus hijos denominados como Centzon totochtin. Un número que representaba para los mexicas lo incontable y la fertilidad infinita. Pero, ¿por qué su descendencia está representada por conejos?
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Celebración a los los Centzon totochtin
Los especialistas cuentan que este animal representaba para dicha cultura, una especie desinhibida, además de prolífica sexualmente, características que relacionaban con el estado de embriaguez.
De ahí que este mamífero también esté representado en la Luna, que generó el mito de que el satélite natural es una gran olla de pulque, líquido blanco como la leche de Mayahuel, la madre. Durante la época prehispánica, esta bebida fue considerada como sagrada, la cual era preparada dentro de las fases lunares.
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Por contar con este carácter, solo se permitía su consumo a los tlatoanis, sacerdotes y guerreros, durante la fiesta de los Centzon totochtin, la cual se celebraba cada 260 días, cuando era el cierre del calendario sagrado, porque se tenía esta idea de que la embriaguez representaba el morir y renacer.
Se dice que estaba prohibido insultar a los borrachos, porque estaban poseídos por alguno de estos 400 conejos. En los códices, el pulque se representó en jarras y jícaras con espuma y normalmente con el símbolo lunar.