A lo largo de los años se han desarrollado una serie de investigaciones sobre las plantas, que demuestran su capacidad para analizar, con precisión, la información de su entorno, así como su capacidad para tomar decisiones, las cuales les permiten resolver problemas.
Algunos estudios comprueban cómo se pueden comunicar entre ellas y con los animales, además trabajan en red, e incluso duermen. De hecho, el experto en neurobiología vegetal Stefano Mancuso, publicó en su libro Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal -2015-, sobre las extraordinarias capacidades que poseen.
Trabajos como el del botánico Jean-Jacques d’Ortus de Marian -1729-, ya daba muestra de que estos seres vivos debían tener una especie de reloj interno, para controlar sus cambios de posición, conclusión a la que llegó, después de analizar los movimientos de las plantas de mimosa.
Actualmente los científicos aseguran que plantas también duermen, un proceso que les permite un descenso en su actividad metabólica e incluso cambian de posición; esta última observación ya se realizaba desde la Grecia clásica y que también fue fundamentada por el botánico Carl Linneo, en sus tratados Somnus plantarum de 1755.
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“Las plantas hablan entre ellas, reconocen a sus familiares y dan pruebas de tener caracteres distintos. Al igual que en el reino animal, en el vegetal existen plantas oportunistas y plantas generosas, honestas y falaces, 1/2 pic.twitter.com/zefsyKJhko
— José Luis Escalera (@escajos) November 2, 2019
Las plantas actúan de acuerdo a sus azúcares
Investigaciones posteriores al libro de Mancuso, despejan algunas preguntas sobre el sueño de las plantas. Es el caso del artículo difundido a través de PNAS de este año, donde se habla sobre los procesos metabólicos que subyacen a la regulación del ritmo circadiano de éstas.
De acuerdo con científicos de la Universidad de Melbourne, demostraron que la acumulación de azúcares producidos a partir de la fotosíntesis, envían señales al reloj circadiano que les permite ajustar su ritmo.
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Sobre el ritmo circadiano, otro grupo de investigadores de la Universidad de York, descubrieron que este se ajusta al anochecer, cuando los niveles de azúcar aumentan. Esta señal metabólica rítmica otorga a las plantas la capacidad de regular funciones como el crecimiento, el transporte de nutrientes y el metabolismo energético.
Los expertos creen que esta señal metabólica es la que puede proporcionarles información, en relación a cuánta energía tiene disponible durante la noche y, a su vez, repercutir en su crecimiento.