En un hallazgo que promete revolucionar nuestro entendimiento de la civilización maya, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron un extenso jeroglífico en la zona arqueológica de Cobá, “Ciudad de agua picada”, en Quintana Roo, la cual tuvo una historia continua de 1,300 años (100 a.C.-1200 d.C.).
Ese panel, compuesto por 123 cartuchos jeroglíficos, representa uno de los mayores descubrimientos epigráficos en los últimos años.
Ubicado a tan solo 160 metros de la imponente pirámide de Nohoch Mul, el jeroglífico fue hallado durante los trabajos del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
La inscripción, esculpida directamente sobre una roca en el fondo de una aguada, se extiende a lo largo de más de 11 metros cuadrados y forma una figura en forma de L.
Según los primeros análisis, el texto jeroglífico alude a la fundación del pueblo Keh Witz Nal en el año 569 d.C. y menciona a un gobernante hasta ahora desconocido.
Este descubrimiento no solo proporciona nuevas pistas sobre la historia política y social de Cobá, también revela detalles sobre la cosmovisión y creencias religiosas de los antiguos mayas.
Cobá, implicaciones del hallazgo
El descubrimiento de este extenso jeroglífico tiene importantes implicaciones para el estudio de la civilización maya:
- Nueva perspectiva:
El texto jeroglífico ofrece una nueva perspectiva sobre la historia de Cobá y su relación con otras ciudades mayas.
- Descifrando el pasado:
Los investigadores esperan que el desciframiento completo del texto permita comprender mejor la escritura maya y los sistemas de numeración.
- Impulso al turismo:
El hallazgo atraerá a un mayor número de visitantes a la zona arqueológica, impulsando el turismo cultural en la región.
Proceso de investigación
El descubrimiento del jeroglífico fue el resultado de un minucioso trabajo de exploración y documentación.
Los arqueólogos utilizaron diversas técnicas, como fotogrametría y dibujo, para registrar y analizar la inscripción
En la actualidad, un equipo de epigrafistas trabaja arduamente para descifrar el texto y comprender su significado.
Este hallazgo reafirma la importancia de Cobá como uno de los sitios arqueológicos más relevantes de Mesoamérica. El descubrimiento del extenso jeroglífico abre nuevas perspectivas para la investigación y conservación de este patrimonio cultural.