La diversa oferta cultural de México ha sido históricamente uno de los principales atractivos para turistas nacionales e internacionales. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 transformó significativamente este panorama, afectando la manera en que los viajeros perciben y experimentan la cultura mexicana.
Según datos de la Secretaría de Turismo (Sectur), entre enero y julio de 2024, los museos y zonas arqueológicas del país recibieron 11,471,888 visitantes, lo que representa un incremento del 4% en comparación con el mismo periodo de 2023.
No obstante, esta cifra sigue siendo un 30.1% inferior a lo reportado en 2019, antes de la pandemia. Esta disminución resalta el impacto duradero que la crisis sanitaria ha tenido en el sector turístico.
El turismo cultural se define como aquel motivado por el deseo de conocer y comprender los elementos distintivos de una sociedad o grupo social en un destino específico.
En este contexto, las zonas arqueológicas han visto una reducción en su afluencia de visitantes; durante el mismo periodo mencionado, 5,781,000 personas visitaron estas áreas, lo que representa una disminución del 9.7% respecto al año anterior.
Cambios en la dinámica turística
A pesar del aumento en la entrada de turistas extranjeros al país (un crecimiento del 2.1%), la llegada de turistas nacionales ha disminuido en un 16.2%. Este cambio sugiere que los mexicanos están viajando menos dentro de su propio país, posiblemente debido a factores económicos o cambios en las preferencias de viaje post-pandemia.
Los museos han experimentado un aumento significativo en la asistencia, con un incremento del 23% en el número total de visitantes. Este aumento podría atribuirse a una mayor promoción y a nuevas exposiciones que han captado el interés del público.
Expertos como Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), han señalado que uno de los principales problemas es la falta de promoción adecuada para México como destino turístico.
A medida que las fronteras se reabren y otros países compiten por atraer viajeros internacionales, es crucial que México implemente estrategias efectivas para resaltar su riqueza cultural.
Arsuaga también mencionó la necesidad de establecer mecanismos orgánicos para promover el turismo sin necesariamente regresar a estructuras anteriores como el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM). Esto implica un enfoque más innovador y adaptado a las nuevas realidades del mercado turístico.
El gobierno mexicano ha enfatizado que el turismo cultural no solo es un atractivo económico sino también un elemento transformador para las comunidades locales.
A través de políticas de desarrollo turístico sustentable e incluyente, se busca mejorar las condiciones de vida en las áreas receptoras.
Sin embargo, para lograr una recuperación efectiva, será fundamental abordar los retos actuales mediante:
– Estrategias de promoción: Incrementar la visibilidad internacional y nacional.
– Innovación tecnológica: Adaptar los servicios turísticos a las nuevas demandas post-pandemia.
– Sostenibilidad: Fomentar prácticas turísticas responsables que beneficien tanto a los visitantes como a las comunidades locales.
La oferta cultural en nuestro país sigue siendo un atractivo importante para turistas tanto nacionales como internacionales. No obstante, el sector enfrenta desafíos significativos tras el impacto de la pandemia.
La recuperación dependerá no solo del aumento en los números de visitantes, también de cómo se adapte y promueva esta rica herencia cultural para atraer nuevamente a los viajeros.