Por: Mayra Lizethe Gómez.
El Gran Premio de Fórmula 1 de la Ciudad de México 2024 dará visibilidad a dos tradiciones de nuestro país que nos han dado identidad: el Día de muertos y la talavera, ambas declaradas Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO.
Casa Uriarte, la fábrica más antigua de talavera en México, la cual celebra 200 años de existencia, encontró mancuerna en esta plataforma deportiva para lanzar 10 colecciones de cascos de talavera que combinan la delicadeza de los artesanos y la destreza de los artistas.
El proyecto se exhibirá en cuatro ubicaciones estelares del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde se realiza el Gran Premio, ofreciendo un escaparate inigualable para mostrar lo más hermoso de nuestras tradiciones nacionales, que a su vez, se convierten en exquisitos productos culturales.
En entrevista para México Travel Channel, Mariana Muñoz, directora de talavera Uriarte, comentó que todos los cascos están elaborados siguiendo la Norma Oficial Mexicana de la talavera, lo que garantiza que el producto sea 100% auténtico.
“Los diseños y bocetos fueron enviados a Uriarte por parte de los diseñadores, y ejecutados por artesanos dentro del taller de la marca, de principio a fin… La idea es visibilizar la labor artesanal, que prácticamente, aunque tengamos 200 años, muchísima gente no entiende lo que hay detrás de estas piezas de arte”, comentó.
La visión de resaltar las tradiciones mexicanas y a sus artesanos hizo eco en Federico González Compeán, director de F1 Gran Premio CDMX, quien abrazó la idea de generar un proyecto de alta calidad.
“Creo que el Gran Premio de México está diseñado y estructurado para que este tipo de cosas sucedan. Es una plataforma de promoción turística para el país. Se tiene que hablar de lo bueno que pasa en México. Esto es un ejemplo de lo que se puede hacer”, dijo el directivo.
Talavera con alma: La evolución de Uriarte y su nuevo logo de la mano de Lance Wyma
Como mencionábamos, el taller de talavera más antiguo y prestigioso de México cumple 200 años de vida jugando un papel fundamental en la preservación y evolución de la técnica artesanal que ha sido parte integral de la historia artística y arquitectónica de nuestro país.
Uriarte Talavera nació en el contexto de un México recién independizado, en un momento de inestabilidad política y la irrupción de la revolución industrial que amenazaba la producción artesanal en todo el mundo.
No obstante, bajo la visión emprendedora de Ygnacio Uriarte, el taller no solo sobrevivió, sino que floreció. Durante el siglo XIX, mientras la mayoría de las industrias artesanales se veían relegadas, Uriarte Talavera expandió su presencia a nivel internacional.
El taller ha sido uno de los principales impulsores de la obtención de la Denominación de Origen de la Talavera, un logro alcanzado en 1997, que protege y regula los procesos ancestrales de producción.
Las piezas de Uriarte Talavera han adornado importantes espacios arquitectónicos y han sido parte de proyectos de renombre.
Desde la intervención modernista de Edward W. Tanner en Kansas City hasta el estilo neocolonial de Eduardo Tamariz en México, las piezas han dejado una huella indeleble en la arquitectura mexicana y estadounidense.
Sus creaciones pueden encontrarse en colecciones privadas y museos de prestigio mundial como el Metropolitan Museum of Art y el Museo McNay, en Texas.
Aunque fiel a sus raíces, esta marca creadora de talavera no ha dejado de innovar. A través de la profesionalización de sus prácticas comerciales y el establecimiento de proyectos de impacto social, como el programa de capacitación para mujeres en Centros de Rehabilitación Social, el taller continúa su legado, buscando el equilibrio entre tradición y modernidad.
Con motivo del Bicentenario, Uriarte Talavera decidió actualizar su identidad de marca, trabajo que fue realizado por el reconocido diseñador Lance Wyman, mundialmente famoso por su habilidad para capturar la esencia cultural y visual de México.
Wyman es mejor conocido por su icónica creación del logo de los Juegos Olímpicos de México 1968 (también por crear toda la iconografía de las estaciones del metro de la CDMX).
También, ha dejado una huella indeleble en el diseño gráfico global, destacándose por su estilo gráfico distintivo y su capacidad para crear sistemas de identidad visual que trascienden generaciones.
Wyman creó un nuevo logotipo respetando las raíces artesanales de la marca, combinando la tradición, el dinamismo y elementos del diseño contemporáneo con la simbología de la talavera, para representar su legado de excelencia y su relevancia en la actualidad.