El Pueblo Mágico de Cuatro Ciénegas en verdad es un oasis en el desierto, gracias a su ecosistema único y fascinante, que mezcla dunas de yeso entre manantiales. Razones suficientes para considerar que se trata del gran tesoro natural de Coahuila.
Argumento que confirmamos, porque Cuatro Ciénegas está rodeado por un Área Natural Protegida que lleva su nombre, donde se refugia una vasta diversidad flora y fauna endémica.
Pero si esto no es suficiente, entonces te daremos cuatro razones para que te dejes conquistar por la Reserva de la Biosfera Cuatro Ciénegas, así que acompáñanos por esta travesía.
Ver esta publicación en Instagram
Poza Azul
Es el cuerpo de agua más representativo de la región, con una profundidad de 5 metros. Se dice que alimenta manantiales subterráneos, pero su principal atractivo es otorgado por las vibrantes tonalidades celestes que se reflejan en su interior.
Está integrada por formaciones de aspecto rocoso y carbonoso llamadas estromatolitos, que se producen por cianobacterias, el primer tipo de vida en la Tierra, que a la fecha se siguen estudiando.
Reserva de la Biósfera Cuatro Ciénegas
Es el mejor lugar para realizar actividades al aire libre, que invitan a explorar su abundante vegetación, la cual prolifera gracias al yeso que se forma en sus suelos. Dentro de este ecosistema se encuentran organismos acuáticos, semiacuáticos y terrestres.
Gracias a sus distintas pozas se pueden realizar actividades deportivas como buceo, rapel y por sus alrededores ciclismo de montaña. Estos manantiales atraen a diversos científicos, quienes creen que el origen de la vida en la Tierra comienza en Cuatro Ciénegas.
Dunas de Yeso
Estas rocas salinas de extrema blancura, son el resultado de la evaporación del mar Tetis que llegó a esta parte del mundo. Mientras se explora su territorio, diferentes restos fósiles se descubren, hasta llegar a una de las dunas más conocidas por su altura y belleza: “El Castillo” de 12 metros, que durante las noches de luna llena brillan de forma espectacular.
A 5 minutos se localiza la mina de mármol, completamente abandonada, pero que ofrece un escenario digno de fotografiar, al sobresalir por su protagonismo contrastante entre todo este desértico entorno.
Pueblo Mágico de Cuatro Ciénegas
Un recorrido por la plaza, para dirigirse a la Iglesia de San José, una parroquia de estilo neoclásico que data del siglo XIX. De ahí, hay que partir hacia el Museo Venustiano Carranza, que presume una arquitectura vernácula de finales del Virreinato. En sus 10 salas se comparten pasajes de la Revolución Mexicana.