En su libro: The Barbizon, Paulina Bren narra las historias que surgieron al interior de este recinto de la hospitalidad, donde pernoctaron mujeres destacadas en diferentes ámbitos, principalmente en la cultura, un hotel ubicado en Nueva York que estrictamente prohibía la entrada de los hombres.
Concebido como un refugio específicamente para la “mujer moderna”, fue construido en la década de 1920, justo en la esquina de la avenida Lexington en la calle 63. Rápidamente se convirtió en el paraíso de aquellas damas que aspiraban a una carrera artística y que compartían los mismos ideales feministas.
De arquitectura neogótica, cada habitación era sencilla con una cama y escritorio. Asimismo presumía de un gran vestíbulo, majestuosa escalera y alfombras orientales. Si bien era vetada la presencia masculina, la cafetería mixta del lugar era concurrida por curiosos de todas partes.
Al interior del hotel Barbizon se celebraban programas culturales, cenas privadas y contaba con salas de ejercicios. Quien deseaba conseguir una residencia en sus instalaciones, debía cumplir con ciertos requisitos: aspecto impecable y buenos modales, además de presentar tres referencias con al menos un año de antelación.
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¿Qué figuras desfilaron por el hotel Barbizon?
También era necesario mantener las altas expectativas que tenía la administración sobre ellas, después de ser admitidas. De esta manera el complejo logró mantener una imagen elegante y moderna, donde hacían acto de presencia grandes personalidades del universo artístico, principalmente las bellezas de Hollywood.
De acuerdo con la escritora Paulina Bren, el hotel Barbizon fungió como hogar de Joan Crawford, Grace Kelly o Liza Minnelli, antes de dejar su huella en el paseo de la fama. Pero también albergó a varias figuras del mundo de la moda como Gloria Barnes, Jean Patchett, Dolores Hawkins, mientras esperaban el siguiente casting.
Incluso la agencia Ford hospedaba en este recinto de la hospitalidad a las modelos que representaba. En la lista de residentes encontramos a escritoras legendarias, que en aquel momento eran completamente desconocidas: Sylvia Plath, Anne Beattie y Joan Didion.
Finalmente Barbizon permitió la entrada a hombres en 1981, cuando se convirtió en un lujoso hotel mixto en Nueva York y, aunque aún se mantiene en la misma ubicación, perdió toda la esencia y atmósfera con la que nació. Sin embargo, es todo un clásico que alguna vez hay que experimentar al hospedarse en este lugar.