En Baja California Sur, en el municipio de Mulegé, existen dos lagunas que podríamos llamar el hogar de la ballena gris: Ojo de Liebre y San Ignacio. Tienen la profundidad, temperatura, salinidad y los nutrientes que ponen románicos a estos siempre maravillosos cetáceos.
La posición geográfica de estos magníficos cuerpos de agua, así como sus características físicas y químicas, los convierten en un sitio ideal para el apareamiento y la reproducción de estas ballenas (Eschrichtius robustus).
Spa marino para seres grandes
Ojo de Liebre y San Ignacio pertenecen a la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno. Como ya te habrás imaginado, son dos lagunas ideales no sólo para sus inquilinos de varias toneladas, sino para practicar el ecoturismo a pleno.
Estas lagunas fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993; allí cada año la ballena gris tiene una cita.
Entre los meses de enero y abril son visitadas por este enorme ser de más de 30 metros de largo, reconocido por su carácter pacífico y amistoso. Pero antes tuvo que realizar una agotadora travesía desde el Círculo Polar Ártico —con escalas en las costas de Alaska, Canadá, norte de Estados Unidos y California—.
El objetivo de las ballenas grises para venir de “vacaciones” a Baja California Sur es retozar en las cálidas aguas de Ojo de Liebre y San Ignacio para aparearse.
Allí mismo, en una evocación muy emotiva, las ballenas preñadas el año anterior dan a luz a sus crías, mismas que en tres meses se fortalecen y son educadas por las madres para la migración de regreso al norte.
Si deseas ser testigo fiel de esta unión, haz como miles de turistas de todas partes de México y el mundo, quienes cada año se colocan en zonas específicas y siguen y respetan de manera estricta las normas de avistamiento. Te aseguramos que esto le da un toque más especial al momento.
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Ojo de Liebre y San Ignacio
Laguna Ojo de Liebre posee un clima seco y cálido, con una temperatura anual entre los 18 y los 22 °C. Rodeada de dunas costeras de hasta 15 metros, se localiza cerca de la ciudad Guerrero Negro.
Además de ser santuario de la ballena gris, es una refugio marino detortugas en peligro de extinción —que se reproducen allí— y de aves acuáticas durante el invierno. De hecho, los expertos dicen que Ojo de Liebre es la protectora de la vida silvestre más grande de América Latina.
Aparte de ser el último y único lugar de cría sin desarrollar en el mundo de la ballena gris, la laguna de San Ignacio —ubicada a unos 55 kilómetros del pueblo colonial del mismo nombre— es la responsable de que el berrendo o antílope americano aún exista.
Con una extensión de 142 mil 956 hectáreas, es el ecosistema de uno de los uno de los cuatro borregos más importante de Norteamérica, la especie cinegética más cotizada del mundo: el borrego Cimarrón.
Por si fuera poco, es hábitat importante para tortugas marinas en peligro de extinción como laúd, carey, verde y golfina.
Como podrás darte cuenta, este santuario de Baja California Sur permite mantener la sagrada riqueza de los procesos del mar y la tierra. Si lo visitas, conocerás la gran diversidad biológica que posee el estado.
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¿Cómo llegar a este santuario de Baja California Sur?
Vía terrestre
Si viajas en automóvil o autobús, desde Loreto a Guerrero Negro hay 416 km; a San Ignacio son 272 km por la Carretera Transpeninsular no. 1. Desde La Paz, a 626 km y desde Tijuana, 850 km.
También puedes trasladar tu vehículo vía marítima por ferry: Topolobampo (Mochis)-La Paz–Topo/Mazatlán–La Paz–Mazatlán hasta llegar a La Paz y de ahí emprender el recorrido por la Carretera Federal Transpeninsular No. 1 hacia Loreto.
Vía aérea
Hacia Loreto:
Volaris: desde CDMX
Hacia La Paz:
Volaris: Tijuana, CDMX y Guadalajara.
Aeroméxico: CDMX.